email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS / CRÍTICAS

Home

por 

- Isabelle Huppert y Olivier Gourmet protagonizan el primer largometraje de la incipiente estrella del cine suizo Ursula Meier, Home, un drama con acentos poéticos y toques de comedia

El debut en cine de Ursula Meier, Home [+lee también:
tráiler
entrevista: Thierry Spicher
entrevista: Ursula Meier
ficha de la película
]
, fue presentado en la Semana internacional de la crítica del festival de Cannes, este año. Esta coproducción de Suiza, Francia y Bélgica, con un reparto encabezado por Isabelle Huppert y Oliver Gourmet, confirma el talento y la ambición de su autora, cuyos documentales Autour de Pinget y Pas les flics, pas les Noirs, pas les Blancs; y el telefilme Des épaules solides ya le habían forjado una sólida reputación.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

En palabras de la propia Ursula Meier, Home parece una “road movie al revés”. Un padre, una madre y sus tres hijos viven felices en pleno campo, en una casita situada al borde de una autopista en construcción desde hace diez años. Cuando las obras se terminan y empiezan a circular los primeros coches, organizan la resistencia.

La casita en el prado contrasta con la desagradable carretera que lleva aparejados ruido y contaminación. La metáfora es sencilla y la comparación algo maniquea, pero el foco de Home está en otra parte: la película quiere mostrar las relaciones de esta aparente familia perfecta. Ya que el trafico trastornará por completo el equilibrio familiar. Incapaces de renunciar a su isla, los Robinson del asfalto se empecinan de manera insensata en recuperar su anterior vida, hasta perder la razón.

La puesta en escena acompaña maravillosamente el fluir del relato. La cámara al hombro y el montaje ágil de las primeras secuencias dan paso a una realización más estática y discreta. La composición de las imágenes (una vista desde una ventana que dibuja un marco dentro del marco, etc) simbolizan el aislamiento de los personajes. Y la magnífica fotografía firmada por Agnès Godard, fiel operadora jefe de Claire Denis, refleja a la perfección su descenso al infierno: los paisajes luminosos y colores vivos del principio sucumbirán ante la insondable oscuridad.

La cineasta presta también una gran atención al sonido. Ruidos de motor y chisporroteos de la radio ya no son más que los ecos de un mundo exterior nocivo, opuesto al sosiego de la naturaleza que rodeaba la casa. La música, que va desde composiciones clásicas al heavy metal, pasando por Django Reinhardt y Dean Martin, desempeña un papel dramático esencial de lo más placentero.

El gusto con el que Meier ha efectuado estas mezclas da el tono a la película, un drama con acentos cómicos y poéticos, que escapa a las etiquetas y a las referencias cinéfilas (lo que no impide pensar en Week-end, de Jean-Luc Godard; o Septième continent, de Michael Haneke). Con esta película de autor magistralmente dirigida, radical sin ser austera, Ursula Meier aporta una piedra preciosa a la casa del cine europeo.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy