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LOCARNO 2022 Cineasti del presente

Crítica: Nightsiren

por 

- La directora eslovaca Tereza Nvotová presenta una película con toques sobrenaturales que destroza estereotipos por desgracia aún actuales

Crítica: Nightsiren
Natália Germán en Nightsiren

Tras haberse hecho un nombre en la industria con su poderosa y galardonada ópera prima, Filthy [+lee también:
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(2017), presentada en importantes festivales internacionales como Róterdam o Karlovy Vary, en la que retrataba el trauma que experimenta una víctima de violación, Tereza Nvotová vuelve a explorar el mundo femenino y los estereotipos que lo moldean y asfixian. Detrás de su fachada de cinta de género, compuesta por elementos sobrenaturales y una violencia ultrarealista, Nightsiren [+lee también:
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, presentada en la competición Cineasti del Presente del Festival de Locarno, esconde una feroz crítica a una sociedad oprimida por la misoginia, una sociedad que banaliza y promueve una agresividad intolerable.

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Aunque a veces nos preguntamos qué están haciendo las dos protagonistas de la historia —dos mujeres jóvenes, dinámicas y con estudios— en un pueblo remoto de las montañas eslovacas, donde perduran creencias y ritos patriarcales, la capa sobrenatural que domina la película desde las primeras imágenes logra que su presencia resulte creíble y necesaria. Lo que Tereza Nvotová está describiendo en esta obra es la batalla implacable entre dos mentalidades diferentes: una íntimamente ligada a creencias diseñadas para fortalecer un poder patriarcal tan intransigente como tranquilizador, y otra decidida a deconstruir estas mismas creencias para revelar su carácter absurdo. Demonizada desde tiempos inmemoriales, la comprensión que tienen las mujeres de la naturaleza, las propiedades de las plantas y la influencia de las estrellas en nuestra mente, que ellas mismas han transmitido de generación en generación, se revisita desde un punto de vista diferente: no como un conocimiento “de segunda”, sino como un don a preservar y valorar al mismo nivel que la ciencia “oficial”, que está custodiada por la hegemonía masculina.

La historia narrada en Nightsiren (cuyo guion fue escrito por la directora junto a Barbora Námerová) es la de Šarlota (interpretada por Natália Germáni), una enfermera de treinta años que regresa a su pueblo natal en las montañas eslovacas para reclamar su herencia tras la muerte de su madre. La joven se ha visto "obligada" a regresar a este lugar hostil, junto a personas que creían que llevaba años muerta. Despertando una violencia latente que se cierne de forma silenciosa y ominosa sobre las montañas, Šarlota recupera gradualmente el control de su vida con el apoyo de una misteriosa herbolaria llamada Mira (Eva Mores), que la ayuda a reconstruir una existencia partida en dos.

Como hija de una mujer considerada bruja debido a su profundo conocimiento de la naturaleza y su determinación a la hora de vivir según sus propias reglas, Šarlota es tratada con recelo, y esta distancia se ve amplificada por la misteriosa muerte de su hermana, que cayó por un barranco cuando eran niñas, mientras Šarlota corría tras ella al intentar escapar de la furia de su madre. Mira se convierte en amiga, cómplice y confidente, y parece conocer a Šarlota mejor que ella misma. ¿Cuál es el origen de esta empatía y simbiosis tan increíblemente naturales? Finalmente, cuando Mira le habla sobre una vieja "bruja" y una niña que vivía con ella, aprendiendo antiguos rituales, las imágenes ocultas en la memoria de Šarlota parecen cobrar vida.

A medio camino entre una película de género y un contundente relato de la violencia que se transmite de padres a hijos como un virus incurable, Nightsiren demuestra lo importante que es poder vivir nuestra vida con libertad, al margen de las convenciones sociales. A través de sus interpretaciones directas y precisas (casi clínicas), las protagonistas de la película se convierten en portavoces que señalan el absurdo de los prejuicios sobre las mujeres que todavía perduran en la actualidad, aunque de manera más sutil. Como una especie de historia de violación y venganza, Šarlota y Mira se rebelan, personificando un contrapoder catártico. Encontramos todos los tropos habituales de las películas de brujas, pero la directora logra forjar un vínculo realista entre el pasado y el presente, creando un diálogo coherente y perspicaz sobre el género y la libertad.

Nightsiren es una producción de moloko film, Badač, Bfilm y Silvera Productions, junto con RTVS. Intramovies se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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