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PULA 2022

Crítica: Even Pigs Go to Heaven

por 

- El premiado y ligeramente extravagante tercer largometraje de Goran Dukić se centra en la búsqueda del amor y del prójimo que llevan a cabo las personas y... los cerdos

Crítica: Even Pigs Go to Heaven

Ya sabemos que todos los perros van al cielo, pero ¿y los cerdos? Se encuentran entre los animales más inteligentes, es posible entrenarlos, pero también tienen personalidades fuertes y pueden ser realmente adorables en las películas. Así que, 27 años después del Babe de George Miller, es hora de conocer a otro cerdo muy especial, esta vez de la región de Zagorje, en Croacia, en el tercer largometraje dirigido por el cineasta croata-estadounidense Goran Dukić, más conocido por su ópera prima: la cinta indie estadounidense Wristcutters: A Love Story (2006). Even Pigs Go to Heaven se estrenó en la competición nacional del Festival de Cine de Pula, y su próxima parada está a la vuelta de la esquina, en Motovun.

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Narrada por un omnisciente Jesucristo en la cruz, y ambientada en la zona montañosa de Zagorje (al norte de Zagreb) en el año 1991, cuando estalló la guerra en Croacia, Even Pigs Go to Heaven se presenta como una comedia dramática ligera sobre cerdos y sus compañeros humanos, que deben lidiar con los problemas de la vida, el amor y un entorno bien intencionado pero a veces autoritario. Nuestra protagonista humana es Anka (Nataša Dorčić, conocida por You Carry Me [+lee también:
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), una mujer de pueblo, inteligente y enérgica que tiene que enfrentarse a varias situaciones al borde del escándalo. En primer lugar, su ahijada Ančica (Tesa Litvan) está a punto de casarse con un hombre ingenuo y con aparentes problemas mentales al que no ama, después de quedarse embarazada del cura del pueblo, en un ambiente donde todo el mundo lo sabe todo y todos juzgan a los demás, pero donde la discreción es una especie de exigencia. Y en segundo lugar, su amada cerda Beba (a la que también pone voz Litvan) tiene ganas de aparearse por primera vez. Anka piensa en Rocky, un cerdo grande, fuerte y de cabello oscuro, como la pareja perfecta para Beba, pero el problema es que Rocky es serbio. ¿Qué pensarían de ella en el pueblo mientras los jóvenes se unen al ejército para combatir la agresión serbia?

Por absurdo que parezca, Even Pigs Go to Heaven es en realidad una carta de amor al paisaje y la mentalidad única de Zagorje, que combina religiosidad, alcohol, trabajo duro y humor con algunas costumbres desagradables como cotillear, juzgar y meterse en conflictos con vecinos, amigos y familiares por distintas razones insignificantes, todo envuelto en una mezcla de sexo, romance y comedia de la naturaleza humana, que a veces se convierte en un auténtico drama. Aderezada con emociones, decorada con una animación amable y vestida como una cinta de época, detallada en términos de música y diseño de sonido, esta película es sin duda una producción exigente que logra mantener un aire local mientras narra una historia universal.

El guion, escrito por Sandra Antolić (que trabajó en Agape [+lee también:
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y Once We Were Good for You [+lee también:
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, de Branko Schmidt) es rico en detalles y referencias locales, en lo que se refiere a las costumbres y el dialecto, mientras que la clásica historia de amor humano y animal supervisada por una figura benévola funciona prácticamente en cualquier idioma, como cuento popular y como observación del comportamiento humano. Nataša Dorčić carga con el peso de la película con entusiasmo y gracia. A nivel técnico, todo es un trabajo de primer nivel, como la dirección de fotografía de postal de Branko Lintade, el diseño de producción de Iva Rodić-Novak, el diseño de vestuario de Morana Starčević, la animación y efectos visuales a cargo de la coproductora Vertigo Visual y, especialmente, la edición fluida de Ivana Fumić. Por otra parte, la banda sonora a base de canciones tradicionales con toques de jazz y rock (así como aquellas escritas a propósito y que suenan tradicionales) de la banda Cinkuši encajan perfectamente. Parece que Even Pigs Go to Heaven fue un proyecto muy importante para todos los implicados y que Dukić, que sin duda es capaz de hacer una película entrañable, aunque extravagante, también se divirtió mucho dirigiéndola.

Even Pigs Go to Heaven es una coproducción entre Croacia y Macedonia del Norte, a cargo de las compañías Švenk, Antitalent y Vertigo Visual. La cinta recibió el apoyo del Croatian Audiovisual Centre, Croatian Radio-Television y la North Macedonia Film Agency. Hulahop se ocupa de la distribución.

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(Traducción del inglés)

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