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Crítica: La piedad

por 

- Eduardo Casanova traza paralelismos entre el hogar y la dictadura del estado en su segundo largometraje color pastel

Crítica: La piedad
Manel Llunell y Ángela Molina en La piedad

El segundo largometraje de Eduardo Casanova, La piedad [+lee también:
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, es una película como ninguna otra, para bien o para mal. Su ópera prima, Pieles [+lee también:
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, presentada en la Berlinale en 2017, era realmente excesiva, pero con La piedad Casanova lleva el exceso al siguiente nivel para contar una historia profunda, necesaria y realista de una forma completamente irreal, fantástica y alegórica. La cinta ha tenido su estreno mundial en la nueva competición Proxima del KVIFF, pero su próxima parada, el Fantasia de Montreal, podría marcar realmente su destino, ya que La piedad es el tipo de obra que, teóricamente, debería adaptarse mejor a los festivales de cine fantástico que a los de arte y ensayo.

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Casanova comienza su película como un thriller, con una banda sonora palpitante, primeros planos de un reloj y cortes que incrementan la tensión, ofreciendo la primera de muchas sorpresas desde la propia secuencia de créditos. Al presentar el título de la obra tanto en español como en coreano, podríamos suponer que está rindiendo homenaje al recientemente fallecido Kim Ki-duk y su película homónima de 2012, pero la función del coreano se revelará más adelante. La Pietà de Kim era verdaderamente extraña, y también lo es la de Casanova, pero en este caso hablamos de otro tipo de rareza.

Mateo (Manel Llunell) vive en un mundo de color de rosa que parece sacado de un musical y está gobernado por su madre, Libertad (Ángela Molina, a la que hemos visto en varias películas de Pedro Almodóvar). Irónicamente, la libertad es algo que Mateo no disfruta. Es un joven adulto relegado al papel de hijo pequeño, al que su madre lleva a sus ensayos musicales y al que pide valoraciones sobre cualquier cosa, desde la calidad de su actuación hasta la calidad de su comida. También lo baña, le corta las uñas y controla su dieta. Sus días suelen acabar tumbados en el sofá, viendo noticias sobre Corea del Norte (la trama de la película se ambienta en 2011, año de la muerte de Kim Jong-il) y se van a dormir juntos en la misma cama de matrimonio.

Cuando reciben la noticia de que Mateo tiene cáncer, Libertad intenta mantenerlo a su lado con mayor firmeza, mientras él hace todo lo posible por liberarse de ella. Además, el pueblo de Corea del Norte, representado por una pareja que huye a Corea del Sur cuando las autoridades envenenan a una de sus hijas y ejecutan a la otra, se cuela en la película a través de extractos breves, pero Casanova tiene cosas aún más extrañas para nosotros: insinuaciones poco sutiles sobre el incesto, lactancia materna y el parto de un hombre adulto en una secuencia de pesadilla.

No hay ninguna etiqueta que pueda definir La piedad, ya que sus elementos son básicamente diferentes tipos de extravagancia. Tal vez la descripción más adecuada sería algo salido de la mente de Álex de la Iglesia si despertara en un centro de rehabilitación pintado en colores pastel. Sin embargo, la pregunta es si la mejor manera de tratar un tema tan importante y complejo como la codependencia que genera una persona con un régimen dictatorial, ya sea en un hogar o en un país, es un ejercicio de exceso.

Por otro lado, Casanova demuestra una visión única y singular, la voluntad férrea de perseguirla y algunas de las habilidades necesarias para hacerlo, como imaginar y ejecutar una película de género solvente. Además, la contra-intuitiva paleta de colores utilizada para retratar la libertad y el cautiverio, así como Corea del Norte y Corea del Sur, es una metáfora muy obvia, pero también aporta un toque interesante. En general, no todos los ingredientes de La piedad combinan adecuadamente, pero algunas partes de la película son realmente difíciles de olvidar.

La piedad es una coproducción hispano-argentina, encabezada por la productora Pokeepsie Films con la participación de Crudofilms y Gente Seria. Film Factory Entertainment se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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