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BERLINALE 2022 Forum

Crítica: Mato seco em chamas

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- BERLINALE 2022: Una banda de mujeres prueba suerte en un el mercado ilegal de gasolina en la tonificante mezcla de documental y ficción de Adirley Queirós y Joana Pimenta

Crítica: Mato seco em chamas
Andreia Vieira (centro) en Mato seco em chamas

En la escritura cultural existe un cliché, que afortunadamente está un poco desfasado: decir que las épocas turbulentas tienden a producir buen arte. Pero a veces podemos usar ese recurso y observar que la situación actual en Brasil está llevando a trabajar bajo esa premisa y llevarla a cabo, combinando la ardiente conciencia política con una forma progresista. Bacurau [+lee también:
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, de Kleber Mendonça Filho, es una de las principales obras de este movimiento, y ahora sigue su estela Mato seco em chamas [+lee también:
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, de los directores Adirley Queirós y Joana Pimenta, que cambian la zona rural de la película anterior por las favelas en expansión, mientras proclaman su amor por la cumbre de la ciencia ficción de los años 80: George Miller y John Carpenter. La película se estrenó en la sección Forum de la Berlinale, donde fue una de las mejor recibidas.

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Mato seco em chamas también presenta otro concepto novedoso que ha cautivado al cine arte mundial de este siglo: no tiene que haber una distinción sólida entre documental y ficción. La dirección de Queirós y Pimenta toma esta idea y la pone en práctica, sabiendo que su público (nos preguntamos hasta dónde llegará) tolerará pasajes largos e ideados, mezclados con estallidos de realidad evidente, y representaciones que los “actores” interpretan en el límite entre la realidad y la ficción. Los directores nos dan una forma placentera de latigazo, o sobresalto, cuando en dos ocasiones pausan una escena que pensamos que es ficción para que un personaje mire de repente a la cámara y cuente algo fríamente fáctico.  

Es una película diseñada para ser empoderadora: la línea argumental está relacionada con actos de resistencia al statu quo en Brasil, y con una sensación sólida de que la criminalidad puede ser un acto heroico y liberador en una sociedad enferma. Chitara (Joana Darc Furtado, que interpreta un personaje intensificado por su vida real) es una gasolineira, que ha ideado una improvisada grúa como la que aparece en Pozos de ambición para robar petróleo de una tubería subterránea. Ella tiene el “producto”, y un lugar al alcance de la mano en el mundo masculino de la jerarquía criminal: hace un trato con la pandilla de moteros conocidos como “motochicos”, que actúan como un equipo de seguridad de facto en la favela al estilo Ángeles del infierno, compensando el estilo autoritario de las fuerzas policiales motorizadas.  

Vemos todo desde el punto de vista de Léa (Léa Alves da Silva), su hermana exconvicta, que acaba de salir de prisión, y que no busca tanto “seguir el camino correcto” sino una fuente de ingresos segura que no sea tan inestable, impredecible o violenta como el tráfico de drogas por el que fue encarcelada.  

Los dos párrafos anteriores podrían leerse como como una película mucho más convencional de lo que en realidad es, pero los directores optan por estirar la configuración de este personaje como un caramelo (o neumático de una motocicleta) hacia un método más observacional e inmersivo, que ofrece largas tomas y secuencias de duración extendida de la furgoneta blindada de la policía, que parece sacada de una película de ciencia ficción; la misa de un pastor evangélico, y un acto electoral de Bolsonaro. La forma en que Queirós y Pimenta hacen un corte transversal entre ellas carece de sutileza, no dan ambigüedad a su política y no apelan a las hermanas como heroínas o inspiraciones mesiánicas, y mucho menos antiheroínas.   

Esta proporción general se acerca mucho más al documental creativo y nos sumerge en un mundo febril y combustible más que en un thriller criminal, aunque podemos sentir el gozo de los directores al permitir a estos habitantes reales de los suburbios actuar como iconos sensacionalistas, sólo por un día o una película, parafraseando a David Bowie.

Mato seco em chamas es una coproducción entre Brasil y Portugal, llevada a cabo por Cinco da Norte y Terratreme Films.

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(Traducción del inglés)

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