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TORONTO 2021 Platform

Crítica: Silent Land

por 

- El primer largometraje de Aga Woszczyńska es un tranquilo pero poderoso drama sobre un accidente que trastoca las vacaciones de verano de una pudiente pareja polaca

Crítica: Silent Land
Dobromir Dymecki y Agnieszka Żulewska en Silent Land

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, de Aga Woszczyńska, presentada este año en la sección Platform del Festival de Toronto, gira en torno a una pudiente pareja polaca, Anna y Adam, que están pasando el verano en una isla italiana sin especificar. Su rutina diaria, que consiste en correr, comer, beber vino y mantener relaciones sexuales, se ve interrumpida cuando ocurre un accidente en la lujosa casa que están alquilando. Aunque de cara al exterior no parecen afectados por el incidente, y continúan en modo vacaciones, lo cierto es que se crea una brecha en su conciencia, principalmente en la de Adam.

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La vida interior de los personajes es el foco principal de la directora, que evita el diálogo y otras herramientas demasiado obvias a la hora de retratarlo. En lugar de Anna y Adam, lo que "habla" es el paisaje, hermoso pero seco, así como el encuadre y los efectos de sonido, empleados de una forma muy inteligente.

Abrir y cerrar las ventanas de la casa no es solo una actividad mundana, sino una poderosa metáfora sobre cómo se sienten los personajes con respecto al mundo. Woszczyńska incluye en la narración mucha más poesía visual de una manera muy precisa y cerebral. Su película es como la poesía en sí misma: destilada, donde cada palabra se utiliza con un propósito y mucho cuidado, y cuyos personajes recuerdan al poema The Hollow Men, de T.S. Eliot. Sin embargo, Silent Land no es solo un cine lento y observacional, también es un susurro inconfundible y socialmente comprometido.

Anna y Adam son una pareja perfecta: rubios, altos y guapos (interpretados de forma sutil y sublime por Agnieszka Żulewska y Dobromir Dymecki), lo que también es importante en este caso. Su apariencia y la forma que tienen de comportarse denotan poder, opulencia e indiferencia hacia todo lo relacionado con las personas de “clase baja”. Las islas italianas son unas de las principales fronteras europeas para los refugiados, y el ejército patrulla a diario el paisaje árido en busca de huéspedes ilegales llegados de África. La pareja polaca es bien recibida por su atractivo y su dinero, y esta segregación es uno de los temas más potentes de la película. A veces, lo más perturbador no es lo que dice la gente, sino lo que calla.

Silent Land es una coproducción entre Polonia, Italia y la República Checa, producida por Agnieszka Wasiak para la polaca Lava Films, y coproducida por Giovanni Pompili (de la italiana Kino Produzioni) y Jordi Niubó (de la checa i/o post sro). New Europe Film Sales se encarga de los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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