email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

VENECIA 2021 Semana Internacional de la Crítica

Crítica: A salamandra

por 

- VENECIA 2021: El primer largometraje de Alex Carvalho es un relato olvidable, asfixiado por personajes planos y poco desarrollados y un argumento predecible

Crítica: A salamandra
Marina Foïs en A salamandra

Sin andarse con rodeos, la ópera prima de Alex Carvalho, A salamandra [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, presentada este año en la Semana Internacional de la Crítica durante el Festival de Venecia, es una película con muchos defectos. La historia, escrita por el propio director, se centra en Catherine, una mujer francesa de unos cincuenta años (interpretada por Marina Foïs), que se marcha a Brasil para encontrar a su hermana (Anna Mouglalis), con quien ha perdido el contacto, y posiblemente para buscar algo de paz en su vida. Catherine parece abrumada por sus confusos deseos de escapar, las presiones de su hermana y la tensión de los años dedicados a cuidar de su padre, recientemente fallecido. No obstante, un encuentro casual cambiará su vida. En la playa conoce a Gil, un camarero local de veinte años (Maicon Rodrigues), que se acerca a ella con la excusa de anunciar una fiesta que tendrá lugar esa noche en el club donde trabaja.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Después de intercambiar unas frases, y a pesar de la barrera lingüística, Gil comienza a ligar con Catherine y la convence de que le extienda crema solar por la espalda. Esta escena por sí sola refleja la deficiente calidad del guion y la puesta en escena. Catherine comienza a confiar en un completo desconocido en un abrir y cerrar de ojos, atraída simplemente por su apariencia. Pronto, todo se convierte en un relato muy predecible, donde los dos apenas se comunican, pero desarrollan inmediatamente una fuerte conexión, representada a través de varias escenas de sexo (más o menos explícitas). Mientras tanto, su hermana insiste en alertarla sobre los peligros de confiar en Gil, con la esperanza de que, tras pasar unas “vacaciones divertidas”, finalmente sea consciente de la realidad. Pero esto no sucede. Catherine se enamora completamente del joven misterioso, entrando en una espiral de problemas por la que acaba involucrada en un extraño plan relacionado con una casa.

Todos los personajes acaban siendo bastante detestables, ya que solo se mueven en base a intereses personales y oportunidades para conseguir algún beneficio. Sin embargo, la película carece de la dosis necesaria de cinismo, alguna forma de sátira u otro dispositivo narrativo que justifique la presencia de tantos individuos desalmados. Todo esto aumenta la distancia entre los espectadores y la historia, que cuenta con un ritmo demasiado pausado. En última instancia, tampoco logramos empatizar con Catherine, que sin duda alguna es una víctima, pero que actúa de forma increíblemente ingenua a lo largo de toda la obra. No llegamos a entender por qué está dispuesta a gastar toda la herencia de su padre en comprar una propiedad abandonada para abrir un bar y construir una nueva vida junto a este hombre, con quien ni siquiera puede mantener una conversación.

El último tercio de la película, cuyo objetivo es revelar las intenciones y sentimientos reales de Gil, se vuelve aún más caótico y fragmentado. Hay cierto patetismo y compasión en el encuentro final de los protagonistas, pero la dinámica que los ha llevado a este punto, así como su puesta en escena, son demasiado exageradas.

Muchas preguntas quedan sin respuesta, o ni siquiera llegan a ser abordadas. ¿Por qué Catherine sigue cayendo en esta espiral descendente? ¿Por qué su hermana no la ayuda? ¿Por qué son tan distantes? ¿Qué hace que Catherine esté tan apegada a Gil, hasta el punto de perderlo todo, excepto su química sexual? ¿Por qué no tiene miedo del pasado sombrío de Gil después de ver que siempre está huyendo de extraños? Algunas respuestas a estas preguntas podrían haber hecho que el debut de Carvalho fuera mucho más convincente.

A salamandra es una producción de la brasileña N Filmes, las francesas Cinenovo y High Sea, y la alemana Sancinema.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy