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VENECIA 2021 Competición

Crítica: Fue la mano de Dios

por 

- VENECIA 2021: Paolo Sorrentino se marca un Amarcord con el Nápoles de su infancia, y consigue una obra tan felliniana como sorrentiniana

Crítica: Fue la mano de Dios
Filippo Scotti en Fue la mano de Dios

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, presentada con gloria nacional en la competición del 78º Festival Internacional de Cine de Venecia, supone el regreso del director Paolo Sorrentino, después de sus aventuras internacionales La Juventud [+lee también:
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, las series The Young Pope/The New Pope [+lee también:
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y la sátira política Silvio (y los otros) [+lee también:
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, a lo que podría llamarse “su territorio”: el carácter nostálgico y fellinesco de su gran éxito, La gran belleza [+lee también:
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. Su nueva película desborda nostalgia como un suculento babá napolitano, que también recibe un homenaje cariñoso y, en parte, autobiográfico.

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La historia, ambientada en los años 80 y que lleva por título el escandaloso comentario de Diego Maradona en referencia a su escandaloso 1-0 contra Inglaterra en la Copa Mundial de 1986, se centra en la alegre y colorida familia Schisa. Tenemos al descarado padre Saverio (Toni Servillo, en plena forma), a la pícara madre Maria (Teresa Saponangelo, una delicia) y a su triple descendencia, con el adolescente Fabietto (Filippo Scotti, que interpreta al joven Sorrentino) al frente. Hay un amplio abanico de familia extendida, amigos y vecinos, entre los que se encuentran una tía guapa e infeliz, una excéntrica baronesa, y un tipo honorable pero tedioso con un electrolarynx, por nombrar algunos. Los abundantes rincones de la ciudad que deberías ver antes de morir están cuidadosamente seleccionados y los colores irradian una calidez de ensueño, ya sea una rebanada fresca de mozzarella di bufala, unos malabares con tres naranjas o una mujer bellissima tomando el sol desnuda (¿es la nostálgica italiana el último bastión de la mirada masculina descarada?). El mencionado Maradona, que podría ser transferido al SSC Napoli, tiene una presencia constante. Y también Fellini, que visitaba Nápoles con regularidad en busca de caras buenas. Sorrentino no duda en incluir a su ídolo en la película. Es comparable a El oro de Nápoles, de Vittorio De Sica, que forma parte del ADN de esta película.   

Poco a poco, Fue la mano de Dios adquiere un tono más oscuro hasta que una tragedia golpea a la familia Schisa, y eso nos recuerda que, por si no lo habíamos notado, hemos estado viendo una película de Sorrentino todo el tiempo. Otro director real, Antonio Capuano, aparece grabando una escena sexual en una de las ilustres gallerias de Nápoles. Fabio entabla una conversación. Quince años después, Paolo Sorrentino aparece como guionista en los créditos de la película de Capuano Polvere di Napoli. El resto es historia moderna del cine italiano, todavía en construcción. Aunque el término “sorrentiniano” sea poco utilizado, algún día se habrá popularizado. Al menos, la baronesa del piso de arriba estaría completamente de acuerdo.

Fue la mano de Dios ha sido producida por la compañía italiana The Apartment Pictures y será distribuida por Netflix.

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(Traducción del inglés)

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