06/08/2021 - La nueva película de Axelle Ropert retrata con honestidad y toques de cine negro el mundo interior de una adolescente que debe enfrentarse al divorcio de sus padres

Aunque el cine se ha interesado bastante en los conflictos, a menudo violentos, entre los padres cuando una pareja (heterosexual) que decidió formar una familia empieza a desmoronarse, se ha hablado poco del dolor de los niños que lo presencian. En Petite Solange [+lee también:
tráiler
entrevista: Axelle Ropert
ficha de la película], que compite en el Festival de Locarno, Axelle Ropert decide darle la palabra a una adolescente que se enfrenta al fin de un sueño: el del amor que dura para siempre, el de una tranquilidad sin fin.   

Lo cierto es que la directora francesa y su directora de casting, Joanna Grudzinska, acertaron al elegir a Jade Springer para interpretar a Solange. La joven actriz combina muy bien con el decorado vintage y el sabor felliniano y rohmeniano de la película. El candor que desprende, esa especie de devoción que siente hacia su familia y que le sirve de escudo contra todo tipo de pensamiento negativo, está presente toda la película con una desenvoltura tranquilizadora.

En un espacio-tiempo difícil de identificar y sumergiéndonos en una atmósfera de melodrama que pocos directores se atreven a explorar, Petite Solange nos lleva a descubrir el mundo interior de su protagonista, un salto a las aguas profundas que casi te hace sentir incómodo. Si muchos cineastas prefieren concentrarse en la rabia inevitable de la adolescencia, Axelle Ropert apuesta por la ternura cruel al proponernos el retrato de una chica de 13 años muy moderna, misteriosa y discreta, hasta el punto de esconderse detrás de las preocupaciones de los demás. “Yo quería rascar, capa por capa, la coraza que se crea en la edad adulta y exponer al niño indefenso y frágil que hay en el interior”, explica la directora, cuya intención era proponernos un drama intenso y sincero, como nadie se ha atrevido a hacer. La reivindicación del sabor vintage (reforzada por la voz de cantantes italianos de otra época) presente en toda la película se mezcla con el candor de protagonistas adolescentes como Sophie Marceau en La Boum o Charlotte Gainsbourg, cuando cantaba Lemon incest.  

La directora, que no señala con el dedo a los padres (interpretados por Léa Drucker y Philippe Katerine) puesto que los aleja del centro de la historia, describe la transformación de Solange: de hija y hermana (un papel que los padres destacan al principio, en su discurso por sus 20 años de matrimonio) a un ser humano frágil y complejo, como lo somos todos. Petite Solange es una película aparentemente ligera que esconde un alma mucho más oscura de lo que parece, una película valiente que va a contracorriente y no teme caer en la fuerza catártica del cine, ese poder que es capaz de arrancarnos algunas lágrimas. 

Petite Solange ha sido producida por Aurora Films (Francia). mk2 Films gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del italiano)