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PULA 2021

Crítica: A Blue Flower

por 

- Zrinko Ogresta explora las emociones y las relaciones entre diferentes generaciones de mujeres de la misma familia en una película tierna y emotiva

Crítica: A Blue Flower

Las relaciones familiares suelen ser tóxicas o, en el mejor de los casos, casi inexistentes en la región de los Balcanes, que forma parte de la antigua Yugoslavia. El experimentado director croata, Zrinko Ogresta, ahonda en las preocupaciones y las microagresiones relativas a la familia al seguir la vida de tres generaciones diferentes de mujeres en su nueva película, A Blue Flower [+lee también:
tráiler
entrevista: Zrinko Ogresta
ficha de la película
]
. A principios de año, la película se estrenó en la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Moscú, mientras que a nivel nacional se estrenó en el Festival de Cine de Pula, donde ganó el Grand Golden Arena en la competición croata (leer noticia).

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A la protagonista, Mirjana, (interpretada por la actriz de teatro Vanja Ćirić, que apenas tenía experiencia cinematográfica antes de esta película) todo le parece oscuro y sombrío. Ella es una madre soltera que ronda los cuarenta y que está atrapada tanto en un trabajo en la fábrica sin salida como en una aventura amorosa con Jakov, su jefe que está casado (Alen Liverić, de la afamada película No One’s Son). Su exmarido, Vlado, (Nikša Butijer, que aparece en casi todas las películas croatas de los últimos años) ha comenzado una nueva vida en Alemania, pero desea mantener el contacto con Mirjana y con su hija adolescente, Veronika, (la debutante Tea Harčević), que no quiere saber prácticamente nada de su madre y absolutamente nada de su padre.

Sin embargo, el auténtico desafío es la visita de la madre de Mirjana, Violeta, (Anja Šovagović-Despot, que añade otra actuación de diva a su impresionante lista de créditos en películas y en teatro) que llega al pueblo para una revisión médica y se queda con Mirjana un par de días. Las dos siempre están al borde de la pelea al gastarse bromas que resultan desagradables, pero en realidad se preocupan la una de la otra aunque apenas puedan expresarlo. Una impactante noticia hará que Mirjana reconsidere su forma de actuar, así como los patrones que aprendió de su madre y que ahora se los está inculcando a su hija, y todas aquellas cosas que se dijeron y que no se dijeron, que se hicieron y que no se hicieron en las que consiste la vida.

Cada detalle que aparece en A Blue Flower está ideado y ejecutado minuciosamente por Ogresta y su equipo. Las elecciones del elenco son interesantes, y en ocasiones van en contra de los actores prototípicos, mientras que Vanja Ćirić, como protagonista, expresa el hastío de llevar una vida monótona, sin salida y vulgar sin emplear elementos propios de la “porno-miseria”. Ogresta también es un maestro de la narrativa visual, y su preciso enfoque no deja margen a la equivocación: cada fotograma está ideado como es debido al ser tan largo de lo que cabría esperar, al grabarlo desde un ángulo elegido cuidadosamente y al cortarlo en el momento adecuado. Ogresta también tiene otros detalles bajo un estricto control al sacar el mayor partido a los interiores y exteriores de los bloques de pisos soviéticos de Zagreb (enhorabuena al diseño de producción de Maja Merlić), al lograr transmitir un poco de la típica sensación de claustrofobia del ambiente a los personajes. La música que suena a rock progresivo de Dino Osmanagić y Kristijan Koščica también es todo un acierto, así como la cinematografía de Branko Linta y la edición de Tomislav Pavlic.

Por muy perfecta que resulte la ejecución a la hora de transmitir los pensamientos y las emociones en la sala del cine, se nota que la película en un principio estaba ideada para ser una obra de teatro, sobre todo en los diálogos cargados con algo de simbolismo. Esto no sorprende demasiado, ya que Ivor Martinić es un experimentado guionista de teatro y este es su primer guion para un largometraje. Una cosa está clara: se nota que tanto él como Ogresta se preocupan mucho por los personajes y que los miembros del elenco se dejan la piel en ellos. A Blue Flower es bastante delicada.

A Blue Flower es una coproducción serbocroata de Interfilm y Zillion Film, que se realizó con la ayuda financiera de la Radiotelevisión Croata (HRT), del Centro Audiovisual de Croacia (HAVC) y del Centro Cinematográfico de Serbia (FCS).

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(Traducción del inglés por Patricia Caravaca Blasco)

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