19/07/2021 - CANNES 2021: El primer largometraje de Sandrine Kiberlain, proyectado en la Semana de la Crítica, es una película de iniciación dispersa, sin mucha intensidad ni profundidad

El primer largometraje de la actriz y cantante Sandrine Kiberlain, el drama Une jeune fille qui va bien [+lee también:
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ficha de la película], fue uno de los títulos seleccionados este año en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes. La película, escrita por la propia Kiberlain, está ambientada en París en 1942 y se centra en Irene (Rebecca Marder, a la que vimos en Seize Printemps [+lee también:
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entrevista: Suzanne Lindon
ficha de la película], la ópera prima de la hija de Kiberlain, Suzanne Lindon), una joven de 19 años que ama el teatro. Su familia, formada por su hermano Igor (Anthony Bajon), su padre André (André Marcon) y su abuela Marceline (Françoise Widhoff), es judía, pero a pesar de vivir tiempos difíciles bajo la ocupación nazi, con su implementación de leyes racistas, la despreocupada joven solo presta atención a su primer amor, un chico encantador llamado Jacques (Cyril Metzger), sus amigas y sus ensayos de teatro. En realidad, eso es todo lo que podemos decir con respecto a la narración, ya que el guion de Kiberlain presenta muy poco desarrollo de personajes y tramas.

En general, el principal problema de esta película es la falta de inmersión. Es posible que nos cueste darnos cuenta de que estamos viendo una historia ambientada en la Francia de Vichy. Además de algunas menciones esporádicas en los diálogos de los personajes, y las estrellas de David cosidas en la ropa de Marceline e Irene, que podemos ver al final de la película, nunca percibimos ninguna amenaza, dificultad o señal que nos recuerde que el país está en guerra o bajo ocupación extranjera. Concretamente, el diseño de producción es bastante irregular. A nivel visual, casi todos los elementos (en particular los accesorios, las ubicaciones y los peinados de las mujeres) parecen mucho más recientes, incluso contemporáneos. La dirección de fotografía, a cargo de Guillaume Schiffman (Mon cousin [+lee también:
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ficha de la película], Le Prince Oublié [+lee también:
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ficha de la película]), está dominada por colores fríos y tonos azules, pero resulta plana y más cercana a una telenovela. La banda sonora alterna, de forma audaz pero ineficaz, entre temas convencionales, propios de un drama bélico, y canciones modernas, por lo que el resultado final se convierte en una mezcla extraña. En cuanto a la edición, un corte demasiado brusco pone punto final a esta película caótica, dejando a los espectadores algo desconcertados.

En general, Une jeune fille qui va bien es un relato iniciático poco memorable. La idea de jugar con el conflicto entre una joven alegre y despreocupada y la amenaza de los tiempos de guerra es sin duda interesante, pero no está bien explotada en la película. Todo el reparto ofrece un trabajo solvente y hacen lo que pueden por salvar la obra, pero esta sigue transmitiendo la sensación de ser una película lenta que se habría beneficiado de una mayor atención al detalle para mantener a los espectadores interesados. Desgraciadamente, ni siquiera se libra de algunas escenas incómodas, como cuando vemos a Irene mostrándole a su hermano cómo puede burlarse de un hombre, o cuando el chico le enseña a besar chupándose el dedo.

Une jeune fille qui va bien es una producción de las francesas Curiosa Films y E.D.I. Films, coproducida por France 3 Cinéma. Ad Vitam se encarga de la distribución en Francia, mientras que France TV Distribution se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)