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CANNES 2021 Semana de la Crítica

Crítica: Amparo

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- CANNES 2021: Una familia trabajadora trata se enfrenta al embate del reclutamiento militar en Colombia, en este angustioso primer largometraje de Simón Mesa Soto

Crítica: Amparo
Sandra Melissa Torres en Amparo

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es un trabajo cuyo estilo y tono están claramente en deuda con los hermanos Dardenne. Simón Mesa Soto también plasma en su obra una de las preocupaciones existenciales más habituales de los realizadores belgas: ¿en qué momento los adolescentes se vuelven responsables de sus comportamientos y elecciones, es decir, se vuelven adultos responsables y autosuficientes? Mesa Soto adapta esta línea de pensamiento a un entorno más explosivo que el de la Lieja posindustrial, el entorno de la aparentemente interminable guerra civil colombiana que es vista a través del prisma de una habilidosa matriarca que busca redención para su problemático hijo y para ella misma. Tras su cortometraje Leidi, merecedor de la Palma de Oro en 2014, el prometedor (aunque con algún defecto) primer largometraje de Mesa Soto se estrena en la Semana de la Crítica de Cannes este año.

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Para los hispanohablantes, el nombre “Amparo” supone la primera pista: es sinónimo de la palabra “protección”, y eso es de hecho lo que motiva incansablemente al personaje del título (interpretado por la actriz no profesional Sandra Melissa Torres) desde el primero al último minuto: la motivación de proteger a su obstinado hijo Elías (Diego Alejandro Tobón) para que no lo reclute el ejército nacional colombiano con miras a enfrentarse a un desconocido grupo rebelde en su peligroso bastión rural. Estamos en 1998 (y se establece una sutil línea hasta el presente porque los disturbios civiles de esta naturaleza siguen vigentes) y el gobierno en el poder defiende una ley draconiana según la cual los jóvenes que no tengan un nivel mínimo de educación o ciertos logros profesionales pueden ser llamados a filas. Los niveles de brutalidad son inimaginables y somos testigos de cómo grupos de muchachos en su adolescencia tardía son arrastrados de las calles y subidos a un vehículo blindado, imagen de un poder autoritario militarizado y listo para la guerra.

Y en este contexto, Amparo, con la carga adicional de una hija más pequeña (Luciana Gallego) de otro padre, empieza una noble búsqueda pero no para revertir la situación política, sino para liberar a su hijo de la que se podría decir que es una misión suicida encubierta para estos jóvenes soldados. Bajo la crueldad del poder estatal oficial, Amparo encuentra un mercado negro igual de corrupto, un mercado de dos bandos y de especuladores de la guerra; se trata de miembros corruptos del sistema que se aprovechan de madres a las que no ha sonreído la fortuna, como ella, y que perpetúan el ciclo de la explotación. El guion de Mesa Soto es denso pero meridianamente claro y cuenta un fragmento de la historia reciente de Colombia a partir de una experiencia similar vivida en su propia familia, de clase trabajadora.

Hay varios aspectos de la dirección y de la trama que transmiten indecisión y prevalecen sobre el don de autenticidad del realizador. La dirección de fotografía mantiene la superficialidad y recuerda en algunos momentos a El hijo de Saúl [+lee también:
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, plasmando así eficazmente el carácter decidido de Amparo en su lucha. Sin embargo Mesa Soto es incapaz de extraer un estilo similar de sus actores no profesionales. En lugar de fomentar el realismo, las rígidas interpretaciones de sus actores, que entonan de manera monótona y cuyos diálogos nunca se solapan, no ayudan a mantener el tono tan cuidado que requiere una película como esta.

Además, en varias ocasiones uno siente que Mesa Soto titubea a la hora de decidir el camino de sus personajes o cómo cerrar sus arcos interpretativos. A veces lo hace alternando (con torpeza) castigos y acusaciones, o permitiendo un alivio empático sobre su trauma. Si un narrador que se inspira en hechos reales no parece tener claro el destino y el valor de sus creaciones, es decir, si trata con mártires engañados o que se merecen compasión, ¿cómo lo va a tener claro el espectador?

Amparo es una coproducción entre Colombia, Suecia, Alemania y Catar, en manos de Ocúltimo Cine, Momento Film, Flare Film y Medio de Contención Producciones. The Match Factory se encarga de sus ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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