07/07/2021 - El prodigio irlandés Ivan Kavanagh regala al público una explosión de terror que amplifica la ambigüedad asfixiante de la realidad

Tras su estreno doméstico en el Festival de Cine de Dublín, Son [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Ivan Kavanagh (coproducida por Irlanda, Estados Unidos y Reino Unido) ha invadido las pantallas de la Competición Internacional del Festival de Cine Fantástico de Neuchâtel, presentando una historia espantosa donde la inocencia de la infancia se transforma en una sangrienta batalla por la supervivencia. ¿Hasta dónde llegaría una madre para proteger a su propio hijo? ¿Sería distinto si ese hijo se transformara en un ser malvado y sediento de sangre? Ivan Kavanagh insta al público a enfrentarse con el lado más oscuro de la infancia, pero también con las consecuencias de hechos traumáticos que dejan heridas psicológicas imposibles de curar.

Tras escapar de la secta que la mantuvo cautiva durante años, Laura (Andi Matichak) cree que ha conseguido reconstruir una vida para ella y para su hijo David (Luke David Bloom) en los tranquilos suburbios de una ciudad estadounidense sin nombre. Sin embargo, surgen las dudas sobre la salud mental de esta madre soltera, que afirma haber visto a extraños junto a la cama de su hijo. Unos días después, David es víctima de una terrible y misteriosa enfermedad, por lo que acaba en observación en el hospital. ¿Hay algún vínculo entre los extraños del dormitorio de David y su repentina enfermedad? ¿Qué debe hacer su madre en vista de los signos físicos de esta enfermedad, que parece íntimamente ligada a problemas mentales, o incluso a causas sobrenaturales? Laura emprende un viaje desesperado en busca de respuestas para estas angustiosas preguntas, consciente de que están relacionadas con un pasado al que no quiere, o tal vez no puede, enfrentarse. ¿Las fuerzas demoníacas que parecen haberse apoderado de David son producto de su imaginación o son las consecuencias reales de un peligroso juego con las fuerzas del mal? Laura y David siembran devastación a su paso, derramando litros de sangre, señales que advierten de su transición de la ingenuidad infantil al canibalismo monstruoso.

Ofreciendo una mezcla efectiva entre gore y suspense, Ivan Kavanagh revisa el género de terror que ya había explorado con The Canal (2014). Las referencias a obras maestras como La semilla del diablo o el terror "biológico" de David Cronenberg no desvirtúan en absoluto esta película, que resulta coherente e incisiva en su conjunto, manteniendo al espectador al borde de sus asientos. La escena inicial, en la que vemos a una mujer embarazada descalza (Laura), cubierta de barro y escapando en un coche, mientras es perseguida por dos hombres sin rostro, es especialmente impactante. Aunque la escena más perturbadora es sin duda la del nacimiento de David, que nos muestra a su madre dando a luz sola en el coche. Una experiencia en ocasiones insoportable, que nos obliga a mirar directamente a los ojos del lado más salvaje y animal del ser humano. El director ofrece un retrato diferente e inquietante de la maternidad, que va más allá de los estereotipos sobre un “instinto maternal” innato e inmutable. Laura debe ponerse a prueba, enfrentándose a los límites de un vínculo que pasa de ser humano y profundo a una complicidad maligna. ¿Es posible que su hijo esté expresando físicamente los traumas de un pasado que ella es incapaz de reconstruir, o se trata realmente de una transformación diabólica? Es una pregunta difícil de contestar, y es precisamente esta ambigüedad lo que convierte a Son en una película intrigante, que promete emocionantes picos de adrenalina.

Son es una producción de Park Films (Irlanda), Elastic Film (Reino Unido), Quickfire Films (Reino Unido) y Belladonna Productions (Estados Unidos). Altitude Films se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del italiano)