02/07/2021 - La nueva película de Davide Ferrario es un nostálgico musical para un público de más de 50 años que no es capaz de encontrar su hueco en el presente

Giovanni Storti, Giorgio Tirabassi, Marco Paolini y Neri Marcorè en Boys

Hey hey, my my / Rock and roll will never die, fueron las míticas palabras de Neil Young, y sigue siendo cierto que el rock es “un lenguaje capaz de atravesar distintas generaciones”, como explica Davide Ferrario, director de Boys [+lee también:
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ficha de la película]. Por otro lado, lo que no es capaz de transitar entre generaciones, ni a través del público, es la simple nostalgia, un salto sin paracaídas al pasado, los recuerdos autorreferenciales que no pueden encontrar un hueco en el presente.

Davide Ferrario (65 años) regresa al cine de ficción después de unos años (concretamente desde 2013, cuando estrenó La luna su Torino [+lee también:
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ficha de la película]) durante los cuales ha dirigido cuatro documentales y escrito artículos interesantes en el periódico. Junto a Cristiana Mainardi (que también es productora de la película con la compañía Lumière & Co.), Ferrario ha escrito un guion lleno de cariño y optimismo, con un agridulce sabor rock, que sobre el papel parece casi una versión italiana de Siempre locos, la inigualable película de 1998 dirigida por Brian Gibson.

Los protagonistas son Carlo, Joe, Giacomo y Bobo, interpretados por cuatro grandes actores italianos, algunos de los cuales cantan y tocan en la vida real, pero a los que vemos con más frecuencia en el teatro y la televisión. Se trata de cuatro amigos que tuvieron una época de éxito con su banda de rock en los años 70, y que en la actualidad se reúnen de vez en cuando para tocar juntos. El guitarrista (Giorgio Tirabassi) tiene una novia mucho más joven que él (Linda Messerklinger), que quiere tener un hijo a toda costa; el batería (Giovanni Storti), por su parte, ya es abuelo y trabaja como abogado; el teclista (Marco Paolini) está preocupado por un posible tumor en la próstata; y Giacomo (Neri Marcorè), el más joven de los cuatro, regenta un restaurante en horas bajas con su esposa (Saba Anglana), y forma parte de la banda solo por ser hermano de su anterior líder, que se suicidó en el pico de su éxito. Inesperadamente, surge una gran oportunidad para el grupo en forma de colaboración con un joven y famoso trapero, (Luca De Stasio), malcriado e ignorante, que planea lanzar una versión de una vieja canción suya, siguiendo la idea de su astuta tía y manager (Giorgia Wurth). Sin embargo, para firmar el contrato, la banda necesita el consentimiento de la excantante de la banda, Anita (Isabel Russinova), que ahora vive en un remoto pueblo de las montañas. Acompañados por un periodista musical (al estilo de Casi famosos, de Cameron Crowe), los cuatro alquilan una furgoneta Westfalia Volkswagen azul con cortinas de flores para visitar a la mujer y convencerla de que acepte esta espantosa colaboración.

A pesar de todo, los personajes no acaban de resultar emotivos, los diálogos son agotadores, los chistes poco originales (algunos innecesariamente insistentes, como los relacionados con la próstata), la parafernalia de rock vintage (como las chaquetas de cuero y las Harley Davidson) resulta muy banal, y el final es demasiado obvio. La hermosa banda sonora, compuesta por el maestro Mauro Pagani, con ecos de la atmósfera de los años 70, confirma que esta comedia está destinada a un público mayor de 50 años.

Boys es una producción de Lumière & Co. junto a Rai Cinema, con la colaboración del Piemonte Film TV Fund y el apoyo de la Film Commission Torino Piemonte. La película está disponible en los cines italianos desde el 1 de julio gracias a Adler Entertainment.

(Traducción del italiano)