24/06/2021 - El segundo largometraje de Bruno Gascon es una seria y conmovedora película basada en la historia verdadera de un niño desaparecido

El segundo largometraje de Bruno Gascon tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi, y posteriormente se ha presentado en el Festival de Cine de Isquia. Sombra es un homenaje a todas las madres que han perdido a sus hijos, y está basada en hechos reales: la historia de Rui Pedro, un niño de 11 años que desapareció en 1998, convirtiéndose en uno de los casos de personas desaparecidas más famosos y controvertidos de la historia de Portugal. El material original genera ciertas expectativas en lo que se refiere a la narrativa de la película, especialmente debido a la precisión y familiaridad de la mayoría de los elementos: desde los detalles más particulares del caso hasta la estructura de la película, dividida por fechas que marcan los principales eventos de la historia (1998, 2004, 2011 y 2013). El personaje desaparecido en la película se llama Pedro, lo que se convierte en una conexión ineludible con los acontecimientos reales. La mayor parte de la información se revela solo al final de la historia, en lo que podríamos definir como una especie de recreación de la experiencia que vivió el pueblo portugués a lo largo de los años. Gascon ha logrado crear una película amable y de ritmo lento, que abarca de forma maravillosa dos décadas en tan solo dos horas, creando una historia universal sobre el duelo y la esperanza.

Esto se debe principalmente a la (otra) narrativa de la película, que aporta a los personajes el tiempo y espacio necesarios para sentir: no solo los observamos en su vida cotidiana (en espacios con hermosos decorados), sino que también permanecemos con ellos durante esos momentos en los que prevalece el silencio, sin prisas por avanzar a la siguiente escena. Este enfoque, junto con una asombrosa interpretación del reparto, nos permite sumergirnos en un mar de incertidumbre, rabia, confusión y emociones indescriptibles, al igual que hace la protagonista, Isabel, justo al comienzo de la película. Ana Moreira ofrece una actuación impresionante en el papel de la madre, en diferentes etapas del proceso (pasando del dolor insoportable a los momentos de debilidad, pero principalmente de fuerza y resistencia). Aunque la banda sonora, un tanto comercial, puede llegar a romper esta conexión íntima y personal debido a su tono demasiado dramático, todavía somos capaces de empatizar con esta familia y estos personajes.

Pedro siempre está presente a través de una metáfora visual (obvia, pero necesaria): el amarillo, el color de la camiseta que lleva en la primera foto que vemos de él, y que se utiliza para mostrarnos los estados emocionales de los personajes y su conexión con el chico a lo largo del tiempo. A veces está presente como un mero atisbo de color, proveniente de una farola que ilumina un espacio o un personaje, y otras veces adopta la forma de un elemento poderoso: una chaqueta brillante que los personajes pueden usar o dejar de lado, un indicador visual que nos permite sentir a Pedro en un nivel que trasciende el diálogo. De esta forma, nos acercamos a una conexión más profunda con lo que Isabel, o cualquier madre o persona involucrada, podría sentir o pensar en estas circunstancias, todos los días durante el resto de sus vidas. La película e Isabel nos dicen que “una madre lo sabe”, mientras que nosotros (con suerte) nunca sabremos lo que se siente.

Sin embargo, aquí es donde radica el aspecto más valioso de la película: su intención de hacernos ver esta historia desde una perspectiva diferente, una que podría permitirnos ser más comprensivos y compasivos acerca de lo que podría significar para una familia o una madre (a nivel emocional, psicológico y físico) la pérdida de un hijo.

Sombra es una producción de Caracol Studios y será distribuida en Portugal por NOS Audiovisuais.

(Traducción del inglés)