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PELÍCULAS / CRÍTICAS España / Uruguay

Crítica: El año de la furia

por 

- Rafa Russo intenta exponer cómo se vivieron los momentos previos al advenimiento de la dictadura en Uruguay en este thriller coral tan vibrante como pertinente

Crítica: El año de la furia
Joaquín Furriel en El año de la furia

La escena final de El año de la furia [+lee también:
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entrevista: Rafa Russo
ficha de la película
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es hermosa, emocionante y hasta poética. En ella, muchos ciudadanos ponen en marcha a la vez los limpiaparabrisas de sus vehículos: es un gesto preñado de simbolismo, protesta y añoranza de la libertad. Hasta ese momento, Rafa Russo, su director y guionista, ha ido describiendo el clima opresivo y cada vez más tenso que se vivió en Montevideo durante los primeros años setenta del siglo XX, justo antes de que una dictadura militar arrasara con los derechos fundamentales en Uruguay.

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Gozoso es este regreso –a lo grande– a las tareas de dirección de uno de los argumentistas más inquietos del cine español, que apenas tiene un largometraje como director anterior, Amor en defensa propia, aunque sí varios cortometrajes y firma en los guiones de TV movies como Concepcion Arenal (2012) y Clara Campoamor. La mujer olvidada (2010). Ahora Russo ha abordado de nuevo un tema político, pero apoyándose en un nutrido grupo de personajes, para así exponer cómo se vivió aquel convulso momento histórico al tiempo que nos recuerda que nunca estamos a salvo del fascismo, un virus fatal para el que, desgraciadamente, no existe vacuna.

De ese modo, la cámara se dirige a los rostros de los actores, que interpretan desde a unos guionistas de televisión (Joaquín Furriel y Alberto Amman), que ven peligrar su libertad de expresión, a un militar torturador (Daniel Grao) que mantiene una relación con una prostituta (Martina Gusmán) para olvidar su abominables acciones, mientras casi todos ellos confluyen en la pensión de una española (Maribel Verdú), madre de una joven luchadora política (Sara Sálamo).

Rodada en exteriores de Montevideo (una ciudad que conserva intactos monumentos y calles de la época en la cual transcurre la acción de este largometraje) e interiores de Madrid, El año de la furia rezuma aroma de thriller mientras retrata cómo el miedo iba enfermando no sólo las relaciones profesionales, sino también las amorosas y amistosas, vaticinando la gran tragedia que se avecinaba.

Aunque entre tanta trama de personaje hay algún instante de confusión, Russo (que ha reconocido su admiración por El año que vivimos peligrosamente, de Peter Weir, mítico título con el que comparte tono e intención) ha sabido cerrar el arco cada uno de ellos, sin autocensurar sus momentos más escabrosos y dramáticos, para así exponer cómo sucesos tan tensos sacaron a relucir lo mejor y peor del ser humano, pero sin olvidar los matices intermedios: porque cada persona actuó de forma particular y diferente ante una situación demasiado difícil, para la que jamás estaremos preparados.

El año de la furia es una producción de las compañías españolas Gona y Aliwood Mediterráneo Producciones, en coproducción con Cimarrón (Uruguay). Ha contado con el apoyo del programa Ibermedia, ICAA y RTVE. Se estrena en España el 28 de mayo, de la mano de Filmax (que también la exporta), tras haber pasado por certámenes como Seminci, Varsovia y BCN Film Fest, entre otros.

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