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PELÍCULAS / CRÍTICAS Islandia

Crítica: Backyard Village

por 

- A pesar de su encanto rural, el cuarto largometraje de Marteinn Thórsson, seleccionado en el Festival Internacional de Cine de Santa Barbara, se olvida fácilmente

Crítica: Backyard Village
Laufey Elíasdóttir y Tim Plester en Backyard Village

Las historias de autodescubrimiento, ambientadas en algún pueblo remoto o en medio de la naturaleza, están teniendo su momento de esplendor. Ya sea Backyard Village [+lee también:
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ficha de la película
]
, un relato islandés firmado por Marteinn Thórsson (seleccionado en la competición de cine nórdico del 36° Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara, tras su estreno nacional) o Land, la última película de Robin Wright presentada en Sundance, hay un elemento del que no pueden prescindir: extraños que se conocen y encuentran refugio en el dolor del otro, compartiendo cosas que no son capaces de compartir con sus familias o seres queridos (relegados ahora a voces preocupadas al otro lado del teléfono), normalmente mientras disfrutan de las vistas.

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O simplemente paseando por el lugar, descubriendo todo lo que puede ofrecer, que en el caso de Backyard Village, es sobre todo nieve. Sin embargo, más allá de algunas comidas extrañas en la mesa, la película no aprovecha realmente su escenario nórdico. Esto puede deberse a que Brynja (Laufey Elíasdóttir) es en realidad islandesa, como le explica al reticente Brit Mark (Tim Plester), a quien conoce mientras se aloja en una pequeña casa de huéspedes después de su paso por una clínica de salud. Por alguna razón, él la ha tomado por una finlandesa, aunque no está claro por qué esto importa. Por otra parte, toda esta conversación trivial hace que uno aprecie mucho más la pandemia.

Sería fácil culpar a los streamers y a sus algoritmos por la proliferación de estas obras, pero, en cualquier caso, es probable que este tipo de películas hayan llegado para quedarse: son lo suficientemente "exóticas" como para despertar cierto interés, al menos en un principio, pero se limitan a transitar el mismo sendero en la nieve. Hay cierta seguridad en Backyard Village, con sus peculiares personajes secundarios y sus revelaciones emocionales, pero la desconcertante falta de cualidades que puedan diferenciar a esta película es solo uno de sus problemas.

El otro sería la sensación amateur que transmite, ya que casi todos los diálogos resultan incómodos, a veces incluso a propósito, y las interpretaciones son decepcionantes, mientras que la banda sonora, por extraño que parezca, ocasionalmente ofrece un giro repentino hacia un territorio de terror que (spoiler) nunca llega. En cuanto a estos perfectos desconocidos, que se encuentran en un momento difícil de sus vidas, incapaces o reacios a marcharse y superarlo, Brynja y Mark disfrutan de su particular purgatorio blanco durante un tiempo. Aunque tal vez sean los únicos, y no solo por la comida.

Backyard Village es una producción de la compañía islandesa Tenderlee y la Icelandic Academy of Storytelling.

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(Traducción del inglés)

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