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Crítica: El agente topo

por 

- Al Tom Cruise de Misión imposible le ha salido un serio rival: un espía seductor y maduro que tendrá que investigar si se cometen abusos en el inexplorado micromundo de una residencia de ancianos

Crítica: El agente topo
Sergio Chamy y Rómulo Aitken en El agente topo

Si la comedia se emplea para hablar de temas serios camuflándolos con sentido del humor y hacer que aquéllos lleguen así, con suavidad y risas pero con eficacia, a la audiencia deseosa de diversión, la cineasta chilena Maite Alberdi se ha valido –además del ingrediente cómico– del género de espías y sus intrigas para construir el engranaje sobre el que ha construido la trama y el serio asunto que denuncia en su último largometraje: El agente topo [+lee también:
tráiler
entrevista: Maite Alberdi
ficha de la película
]
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A medio camino entre el cine de lo real y la ficción, esta coproducción entre países europeos y americanos figura entre los cinco títulos nominados a los próximos Óscar de Hollywood en la categoría de mejor documental. Toda una sorpresa que viene a corroborar el buen sabor de boca deja su contemplación allá donde se estrena, en su envidiable periplo festivalero que comenzó en la Competición World Cinema Documentary del Festival de Sundance y le reportó el Premio del Público a Mejor Película Europea en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Porque la premisa no puede ser más ocurrente: tras un riguroso proceso de selección, a un octogenario, Sergio Chamy, se le encomienda una tarea de investigación inusual, ya que debe introducirse camuflado en un geriátrico para descubrir, por encargo de la hija de una señora allí residente, si la tratan con cuidado o todo lo contrario. Armado con tecnología moderna (un teléfono móvil puede ser todo un enigma para alguien que creció en un universo analógico), este novato “ángel de Charlie” descubrirá, mientras se integra en ese centro, verdades que a veces cuesta asimilar por quienes estamos fuera.

Alberdi –que ya se introdujo en la intimidad de un grupo de señoras que se reunían para tomar el té de la tarde, mientras la pandilla se iba reduciendo por la crueldad del paso del tiempo en el muy recomendable documental La Once– ha captado a la perfección cómo es la convivencia en una residencia de ancianos, cómo se mantienen de jóvenes de corazón muchos de ellos y de qué manera intentan sobrellevar la soledad, el aislamiento o el distanciamiento de sus familiares, quienes les recluyen allí para evitar ocuparse de ellos.

Porque para la tercera edad, el confinamiento no llegó con el Covid-19, sino que mucho tiempo antes ya la sociedad les consideraba una especie humana aparte. Alberdi lo pone en evidencia sin dramatismo, con un equilibrio perfecto entre humor y crítica, presentando a unos personajes tan entrañables como fascinantes y abriéndonos los ojos ante la evidencia de la existencia de una etapa vital tan respetable y valiosa como cualquier otra, pero que intentamos borrar de nuestro día a día.

El agente topo es una coproducción entre compañías de Chile (Micromundo), Estados Unidos (Motto Pictures), Alemania (Sutor Kolonko Filmproduktion), Holanda (Volya Films) y España (Malvalanda), que vende al extranjero la británica Dogwoof. Se estrena en España este viernes 19 de marzo, distribuida por BTeam Pictures.

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