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FINLANDIA

Crítica: Lost Boys

por 

- La continuación de Reindeerspotting (2010) desciende a las tinieblas y ofrece un viaje de ida sólo para adultos

Crítica: Lost Boys

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, uno de los grandes documentales finlandeses después de su exitoso (y todavía vigente) estreno local, puede resultar confuso si se aborda sin conocimientos previos sobre Reindeerspotting - Escape from Santaland, el anterior documental de Joonas Neuvonen. Es una especie de continuación, que vuelve a centrarse en jóvenes drogadictos pero, al igual que Resacón 2, de Todd Phillips, se desplaza hacia un lugar más lejano: el sudeste asiático. 

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Lo que ocurre a continuación es una película irregular con una voz en off dramática bastante risible (cortesía de Pekka Strang, de Tom of Finland [+lee también:
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), escenas que sólo podrían describirse como abiertamente pornográficas y que parecen incluir al propio director, así como una investigación de la tragedia que se llevó la vida de Jani, el protagonista de la película anterior. “La verdad sobre lo que ocurrió no se puede ver desde fuera”, se advierte desde el principio, y seguro que coges sitio en primera fila puesto que Neuvonen no se limita a observar los acontecimientos: participa activamente, detallando unas vacaciones no tan felices en Tailandia y Camboya, y tomándose un descanso sólo para cumplir su propia sentencia de prisión en casa. Cuando J.M. Barrie escribió sobre sus “niños perdidos” y los describió como “niños que se caen de sus cochecitos cuando la enfermera se distrae”, enviados a Nunca Jamás para sufragar los gastos si no los reclaman en siete días, probablemente tenía en mente algo completamente distinto.  

En su segunda película como director, donde colabora con Sadri Cetinkaya, Neuvonen presenta un patchwork compacto que en ocasiones es pretencioso, pero también bastante comprometido. El resultado, Lost Boys, es algo que podría ocurrir si Gaspar Noé se quedara sin dinero en la mitad de un rodaje. Hay callejones oscuros, una discoteca que lleva por nombre el título de la mejor obra de Joseph Conrad, humo que le da un aspecto de cine neo-noir, y todo ello antes de que empiece la búsqueda de una misteriosa dama de la noche, que llega a reflexiones propias del flujo de conciencia. 

Hay suficiente agitación para despertar el interés fuera del sector cinéfilo habitual  ̶aunque toda la película parece encajar mejor en la pequeña pantalla ̶  pero Lost Boys tiene un lado melancólico. A pesar de jactarse de ir a Phnom Penh “de putas”, este trío perdió el entusiasmo hace mucho tiempo. Los protagonistas recorren con resignación los bastidores de un “paraíso turístico” que parece el infierno, repleto de miradas vacías y agujas usadas. En este Nunca Jamás parece que los niños tampoco llegan a crecer, pero por motivos completamente distintos. 

Lost Boys, dirigida por Joonas Neuvonen y Sadri Cetinkaya, ha sido producida por Miia Haavisto para Helsinki filmi y Tekele Productions. SF Studios se encarga de la distribución. 

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(Traducción del inglés)

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