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VENECIA 2020 Giornate degli Autori

Crítica: The Whaler Boy

por 

- VENECIA 2020: En la envolvente ópera prima de Philipp Yuryev, que compite en las Giornate degli Autori, un adolescente del extremo oriental de Rusia descubre el amor en un chat de adultos y sueña con viajar a América

Crítica: The Whaler Boy
Vladimir Onokhov en The Whaler Boy

Un adolescente vive en un pueblo perdido en la tundra del Extremo Oriente ruso, donde el sol nunca brilla, donde no hay nada que hacer excepto cazar ballenas y, sobre todo, donde no hay mujeres. Sobre el papel, parece una historia oscura y deprimente, pero The Whaler Boy [+lee también:
tráiler
entrevista: Philipp Yuryev
ficha de la película
]
, el primer largometraje del director ruso de 30 años Philipp Yuryev, seleccionado en la competición de las Giornate degli Autori de Venecia, es una agradable sorpresa. Leshka, el joven protagonista de la película, es un verdadero soñador, y sus sueños de amor lo llevarán lejos. Aunque no demasiado lejos…

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Nos encontramos en el estrecho de Bering, en el extremo de Rusia, a un tiro de piedra de Alaska. Cuando no se dedican a contratar los servicios de trabajadoras sexuales llegadas del continente, los hombres de la aldea chatean con mujeres por internet. Leshka (Vladimir Onokhov), de quince años, sigue su ejemplo con timidez, y entabla contacto con HollySweet999 (Kristina Asmus), una chica rubia y hermosa que se conecta desde América. Joven e inocente, Leshka se propone aprender inglés para susurrarle palabras bonitas a esta encantadora dama. Poco a poco, el adolescente se enamora de ella, a pesar de la inestable conexión a Internet y de los consejos de su mejor amigo (Vladimir Lyubimtsev), que le recuerda que cientos de hombres se masturban viendo a esa misma chica desnuda, incluido él mismo.

Un día, cuando Leshka inicia sesión vestido con sus mejores galas para declarar su amor, se encuentra a HollySweet999 en un chat privado con otra persona, lo que provoca que el joven pierda la cabeza y haga lo impensable. ¿Qué mejor momento para embarcarse en el peligroso viaje a través del Estrecho, que tantos otros han intentado antes que él con más o menos éxito, para desafiar a la policía fronteriza, llegar a Estados Unidos desde Alaska y dirigirse directamente a Detroit, la ciudad de los rascacielos que ha visto en Google, donde está registrada la sala de chat para adultos donde trabaja la joven de ojos azules? Todo esto con solo una pistola y unas latas de comida en su mochila. Pero, ¿realmente se encuentra la felicidad en América?

El personaje de Leshka es tremendamente entrañable. Aferrándose a su amor virtual, no es capaz de distinguir lo que es real de lo que no. El director nunca descuida el lado irónico de la situación, logrando provocar más de una sonrisa a través del extraño personaje del abuelo (Nikolay Tatato), convencido de que está al borde de la muerte en todo momento, al menos cuando no está bailando como un niño o pidiendo comida. “Wouldn't it be nice”, de los Beach Boys, suena cuando menos te lo esperas, mientras que las imágenes sangrientas de la caza de ballenas (la principal ocupación de los hombres del pueblo) van acompañadas de música pop calmada, desorientando al espectador.

The Whaler Boy es una película que trata sobre encontrar nuestro lugar en el mundo, una obra universal en lo que se refiere a su retrato de la adolescencia, con sus primeros amores, celos y deseos de escapar, pero única por el lugar en el que se desarrolla, a medio camino entre dos continentes, con Estados Unidos a un lado y Rusia al otro, el pasado en un lado y el futuro en el otro. Y en el caso de Leshka, no se trata simplemente de cambiar los husos horarios.

The Whaler Boy es una producción de Rock Films (Rusia), Orka (Polonia) y Man’s Films Productions (Bélgica). Loco Films se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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