28/04/2020 - El documental de Valerio Jalongo sobre un profesor que ve a sus estudiantes de la Escuela Roberto Rossellini tras 15 años es una reflexión sobre la enseñanza, la escritura y el valor de las cosas

Durante este difícil período de confinamiento, provocado por la pandemia del coronavirus, ha quedado más claro que nunca el importante papel que tienen la escuela y la enseñanza. Un ejemplo tan oportuno como L'acqua, l'insegna la sete - Storia di classe [+lee también:
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ficha de la película], el nuevo documental de Valerio Jalongo, presentado en la Competición Nacional del festival Visions du Réel de Nyon, no hace más que reforzar esta idea.  Jalongo ha pasado de tratar las partículas infinitesimales estudiadas en el CERN de Ginebra, el tema principal de Il senso della bellezza (2017), a explorar las mentes infinitamente imprecisas de los jóvenes.

Acompañado por un profesor italiano retirado, Gianclaudio Lopez, el director logra generar una especie de cortocircuito temporal, por el que viajamos hacia delante y hacia atrás en el tiempo y en la vida de un grupo de jóvenes estudiantes, revelando sus pasiones, debilidades, sueños y ambiciones frustradas. En un viejo diario de la escuela, Lopez encuentra un poema de Emily Dickinson, Water, is taught by thirst (“El agua se aprende por la sed”), cuyos versos revelan la forma en que la vida nos enseña el valor de las cosas.

A partir de ahí, nos embarcamos en un viaje a través de todos los recuerdos que Lopez ha conservado de esa clase de 2005: trabajos, deberes y un vídeo-diario grabado con los alumnos quince años antes. No estamos hablando de una escuela cualquiera, sino del Instituto Roberto Rossellini en Roma, donde se enseña cine. Jalongo y el profesor consiguen localizar a algunos de esos estudiantes, que en la actualidad tiene alrededor de 30 años, y su realidad muestra de forma dramática el fracaso de un "sueño". Ninguno de ellos trabaja en cine. Yari, Jessica, Lorenzo, Gianluca, Corinna, Alessio... Algunos han intentado trabajar en la industria audiovisual, pero ahora se dedican a cuidar ancianos, trabajar como animadores en centros comerciales, en una perrera o cuidando las plantas en los parques de la ciudad. La "historia de clase" que menciona el título también se refiere a una "clase social", obligada a aceptar trabajos que pagan 500 euros al mes para tener derecho a una pensión insignificante.

La habilidosa contribución de Linda Ferri (guionista de La habitación del hijo [+lee también:
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ficha de la película], de Nanni Moretti) y la edición en paralelo (a cargo de Mirco Garrone y Lizi Gelber), que salta entre las imágenes grabadas en 2005 y las filmadas en la actualidad, revelan los detalles de unas vidas desgarradoras, así como el fracaso de un sistema escolar incapaz de conectar con los jóvenes o prepararlos para la vida, a pesar de la inquebrantable pasión de maestros como Lopez.

No obstante, los documentos escritos se convierten en el aspecto más preciado de este documental. Estos jóvenes, a los que vemos alardear con seguridad en la escuela, escondiendo su creatividad detrás de actos vandálicos y gestos de rebelión contra las normas, se revelan sin vergüenza en las tareas que les encarga un profesor que adora a Emily Dickinson. De esta forma, la palabra escrita se convierte en un proceso de autoanálisis y autocuidado. Las dificultades familiares, las aspiraciones y los sentimientos ocultos salen a la luz en estas páginas, que contrastan enormemente con las imágenes. Mientras releen sus propias palabras con Lopez, los jóvenes de treinta años vuelven a encontrarse con fragmentos de lo que fueron, en secuencias conmovedoras filmadas con maestría por Massimo Franchi.

L'acqua, l'insegna la sete - Storia di classe es una coproducción entre Suiza e Italia, producida por Aura Film, RSI Radiotelevisione svizzera, Ameuropa International y RAI Cinema. La película tenía previsto estrenarse en cines en Italia, pero finalmente lo hará en plataformas digitales durante el mes de mayo.

(Traducción del italiano)