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BERLINALE 2020 Competición

Crítica: Todos os mortos

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- BERLINALE 2020: Caetano Gotardo y Marco Dutra se unen para firmar una ambiciosa película de época que alberga paralelismos con la actual situación social de su país, pero cuya ejecución no es del todo exitosa

Crítica: Todos os mortos
Carolina Bianchi y Mawusi Tulani en Todos os mortos

A pesar de haber colaborado anteriormente, los cineastas brasileños Caetano Gotardo (O que se move, Seus Ossos e Seus Olhos) y Marco Dutra (As boas maneiras [+lee también:
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, Trabalhar Cansa) han dirigido su primera película juntos. Todos os mortos [+lee también:
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acaba de tener su estreno mundial en la competición de la 70ª edición de la Berlinale. Se trata de una compleja cinta de época, ambientada en São Paulo a finales del siglo XIX, que combina distintos temas históricos, sociales y religiosos con un resultado irregular.

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Diez años después de la abolición de la esclavitud, São Paulo vive un periodo de gran crecimiento económico, convertida en la ciudad más grande y moderna del país. Las escenas iniciales de la película establecen un escenario marcado por el contraste entre la tradición y la modernidad, una de las muchas y complejas dualidades que los directores abordan en la cinta. Durante la primera escena, probablemente la más poética, vemos a una anciana de piel oscura tostando granos de café en el patio mientras canta una canción sobre la lluvia y las diferentes deidades. A continuación, vemos a una joven blanca tocando música ragtime en un piano de cola, en lo que parece ser el salón de una casa señorial, hasta que se abre la puerta principal y cambia rápidamente a una composición clásica.

Esta joven es Ana (Carolina Bianchi), hija de Isabel (Thaia Pérez) y hermana de la monja María (Clarissa Kiste), que acaban de volver del funeral de su criada Josefina. El trío de mujeres es todo lo que queda de la próspera plantación de café Soares, que ahora pertenece a una corporación. Aún así, la familia todavía se aferra a su antigua gloria, mientras que el padre administra la plantación desde la distancia.

La película se centra en los personajes femeninos, tanto en esta como en la otra familia protagonista: los Nascimentos, antiguos criados de los Soares, donde encontramos a Iná (Mawusi Tulani, que destaca como la presencia más enérgica y poderosa de la película), Antônio (Rogério Brito), y su hijo João (Agyei Augusto). A consecuencia de algunos cambios recientes en la ciudad, el matrimonio ha estado separado durante meses, con el marido trabajando en São Paulo mientras que su esposa e hijo viven en una comuna rural con otros antiguos esclavos. Iná es una de las muchas personas expulsadas de la ciudad por practicar rituales africanos.

Estos rituales son precisamente la razón por la que María quiere que Iná regrese a casa. Isabel es vieja y está enferma, provocando que ​​Ana se muestre siempre "nerviosa" (inestable, ansiosa y con una obsesión mórbida por la muerte). La monja quiere que la antigua esclava realice un ritual de curación para Isabel, lo que aliviaría también los nervios de Ana.

Las diferencias de raza y clase social todavía están muy presentes en la sociedad de la época, lo cual se aprecia claramente cuando Ana rechaza sin rodeos a un vecino mestizo que siente algo por ella. Por supuesto, esta situación también se aplica al Brasil de hoy en día. Gotardo y Dutra logran vincular la película con el presente de su país a través de diversos medios, incluyendo un anacrónico diseño de sonido y una banda sonora dominada por la música jazz.

En general, la película transmite la sensación de que los realizadores han sido demasiado ambiciosos en su intento de abordar un tema tan extenso. Representan de manera tangible tanto la rigidez como la sensualidad de los personajes protagonistas, así como el lugar que ocupan en un mundo en constante cambio. No obstante, la puesta en escena resulta a menudo demasiado teatral, mientras que los diálogos expositivos y declamatorios parecen más adecuados para un formato televisivo. Del mismo modo, es una pena que Gotardo y Dutra no hayan sacado más partido a una de las escenas más potentes de la película (directamente relacionada con el título) donde se acercan al cine de terror, un género que ambos directores exploraron con éxito en películas anteriores, especialmente Dutra en As boas maneiras.

Todos os mortos es una coproducción entre Dezenove Som e Imagens (Brasil) y Good Fortune Films (Francia). La francesa Jour2Fête se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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