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BERLINALE 2020 Forum

Crítica: Entre perro y lobo

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- BERLINALE 2020: Irene Gutiérrez se sumerge en la jungla cubana en esta docuficción, acompañando a tres ex combatientes, en un viaje hacia lo más profundo de las ideologías y las psicologías

Crítica: Entre perro y lobo

Irene Gutiérrez debutó en el largometraje con el documental Hotel Nueva Isla [+lee también:
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, ubicado en un antiguo establecimiento turístico y centrando su mirada en un anciano que vivía allí dentro, cual náufrago de un tiempo pasado, buscando sus legendarios tesoros ocultos. Con su nuevo film, Entre perro y lobo [+lee también:
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, la cineasta española ha salido al inabarcable espacio natural cubano y ha convertido al espectador en el cuarto miembro de un pequeño grupo militar formado por tres veteranos de la guerra de Angola. La apuesta –física, psicológica e ideológica– que camina por los senderos de la ficción y el documental sin desbrozar ninguno de ellos, se presenta en la 70ª Berlinale dentro de la sección Forum.

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Se trata pues de una inmersión no solo en una jungla con todos sus elementos reconocibles por films como Predator, Platoon o Monos [+lee también:
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, aunque sin el efectismo y el sentido del espectáculo de todas ellas. Aquí Gutiérrez no persigue el asombro, sino que se pega íntimamente a la piel de sus amados soldados, de una forma naturalista y poco enfática, dejando que fluyan sus diálogos y acciones de una manera auténtica, cercana y realista. Y tampoco sucumbe al fácil asombro fotogénico de la Naturaleza: esta se impone por sí sola y condiciona los hechos sin subrayados. Si hubiera que buscarle un vínculo más cercano, éste podría ser Para la guerra, de Francisco Marise, película también filmada en Cuba y con un ex militar de protagonista.

Lo que logra con su segundo largometraje esta cineasta formada en la escuela de San Antonio de los Baños es que entendamos una manera de estar en el mundo, valiente, constante, íntegra y absolutamente fiel a una ideología. Uno de estos guerrilleros que siguen entrenando para el enfrentamiento bélico entre árboles y en ríos se define como “imprescindible” para su país y la revolución. Pues aunque no faltan las dudas, los claroscuros y las disputas en el grupo, por encima de todo se acaba retratando una forma de vivir que –como la propia directora señaló en la entrevista que mantuvo con Cineuropa– ya no existe: pocas personas son capaces de defender sus principios de una manera tan tenaz, inamovible y sincera, fieles a una religión en la que siempre van a militar. Como los define Gutiérrez, cuestionada sobre el sentido del título del film: “Ellos están en la mitad, entre el campesino y el soldado, por encima de la salvación o de la perdición”.

Entre perro y lobo –que se abre con una escena del documental Angola: victoria de la esperanza (1976), del cubano José Massip, incluye noticieros del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos) y se cierra con una canción del fallecido músico angolano Teta Lando– es una producción de El Viaje Films (España), Autonauta Films (Cuba) y Blond Indian Films (Colombia). De sus ventas se encarga la agencia canaria Bendita Films Sales.

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