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BERLINALE 2020 Encounters

Crítica: Malmkrog

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- BERLINALE 2020: Cristi Puiu inaugura la nueva sección competitiva de la Berlinale, Encounters, con la que puede ser su película menos accesible y más cerebral

Crítica: Malmkrog
Ugo Broussot, Agathe Bosch, Marina Palii y Frédéric Schulz-Richard en Malmkrog

El cineasta Cristi Puiu, que marcó el inicio de la Nueva Ola del Cine Rumano con La muerte del señor Lăzărescu [+lee también:
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(2005), siempre ha estado dispuesto a desafiar al público con películas extensas, secuencias largas, personajes moralmente complejos y diálogos tan dilatados que parecen sacados directamente de una novela. No obstante, mientras que sus obras anteriores resultaban accesibles y atractivas (incluso Aurora, un asesino muy común [+lee también:
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, que consistía simplemente en planos del director caminando con una escopeta), su último proyecto exige a los espectadores una dedicación, atención y resistencia casi sobrehumanas. Malmkrog [+lee también:
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, proyectada como cinta inaugural de la nueva sección competitiva Encounters en la Berlinale, es una adaptación de 200 minutos de un texto del siglo XIX escrito por el filósofo y poeta ruso Vladimir Solovyev.

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Mientras que Los tres diálogos y el relato del Anticristo de Solovyev se centra en un grupo de rusos de clase alta que pasan sus vacaciones de Navidad en una villa en la riviera francesa, Puiu los traslada a una mansión nevada en un lugar indefinido, a finales del siglo XIX. Dividida en seis capítulos, cada uno de ellos con el nombre de uno de los seis personajes principales, la película adopta la forma de una serie de debates sobre la guerra, la religión, la muerte, el amor y todos los aspectos de la moralidad. Las conversaciones son en francés, como era habitual en la alta sociedad rusa de la época.

El propietario de la casa, Nikolai (Frédéric Schulz-Richard), es el encargado de moderar estas discusiones con los otros cuatro protagonistas. Mientras que el grupo de Solovyev estaba formado exclusivamente por personajes masculinos, Puiu ha decidido incorporar a tres mujeres.

En el primer capítulo, la anciana Ingrida (Diana Sakalauskaité) elogia al "heroico y ortodoxo" ejército ruso por sus conquistas. Olga (Marina Palii), una mujer más joven, se opone a su actitud militante, defendiendo que matar a una persona nunca es moralmente aceptable, bajo ninguna circunstancia. Durante estos agotadores debates, aunque a menudo estimulantes para aquellos que logren mantener la concentración, Edouard (Ugo Broussot) se revela como un supremacista que divide el mundo entre las naciones civilizadas ("nosotros, los franco-rusos" y otras grandes potencias europeas) y los salvajes (el resto del mundo, pero también parte del continente como los "herzegovinos"). Mientras tanto, Madeleine (Agathe Bosch) se mantiene en las sombras, interviniendo ocasionalmente para aportar argumentos sobrios, racionales y a veces mordaces que avergüenzan a los demás, aunque estos intentan no mostrarlo abiertamente.

La película también presenta personajes secundarios, como un coronel postrado en cama o el encargado de los sirvientes, István (István Téglás), cuyas acciones deliberadamente formales, como transportar bandejas de una habitación a otra, suponen un auténtico respiro para el espectador en medio de los interminables diálogos de la película. El coronel e István hablan húngaro, mientras que Nikolai se dirige a ellos en alemán (de hecho, "Malmkrog" es el nombre alemán de la aldea transilvana de Malancrav).

Técnicamente, la película destaca por su perfecta escenografía y puesta en escena, donde Puiu encuentra la manera de convertir una ambientación esencialmente estática en algo realmente dinámico. Los actores realizan un trabajo increíble interpretando diálogos del siglo XIX, mientras que algunas de las secuencias de Tudor Panduru son incluso divertidas. En un par de escenas en las que observamos a los protagonistas charlando de pie en una habitación, la cámara sigue a los personaje hasta el borde del encuadre, antes de volver a centrarse en la persona que está hablando en ese momento. A mitad de la película, nos encontramos con una escena extremadamente sorprendente y violenta que nunca llega a explicarse, y que no parece pertenecer a la trama, aunque podría ser un presagio de lo que sucederá con los personajes dentro de 20 años.

Malmkrog es una coproducción entre las rumanas Mandragora e Iadasarecasa, las serbias Sense Production y Cinnamon Production, la suiza Bord Cadre Films, las suecas Doppelganger y Film i Väst, la bosnia Produkcija 2006 Sarajevo y la macedonia Sisters and Brother Mitevski. La agencia de ventas parisina Shellac se encarga de los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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