23/01/2020 - La belgradense Maša Nešković narra en su ópera prima tres momentos en la vida de una pareja, en cuyo destino se refleja la propia sociedad serbia

Es verano en la ciudad de Belgrado, prácticamente vacía durante las vacaciones, y una pareja en la cuarentena se separa después de veinte años viviendo juntos, justo enfrente del hospital donde trabaja ella (Daria Lorenci Flatz). Él (Uliks Fehmiu) se limita a decir: "Vuelvo a casa de mi padre", y se marcha sin más. Las rodillas de la mujer se doblan por la desesperación, las lágrimas corren por sus mejillas, pero debe volver al trabajo para cuidar de sus pacientes. Más tarde, descubrirá que una noche de baile salvaje en un club puede ser la mejor medicina.

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tráiler
ficha de la película], el primer largometraje de la joven realizadora serbia Maša Nešković, un angustioso drama romántico con el que compite este año en el Festival de Cine de Trieste. La cinta mantiene su tono durante 93 minutos, a lo largo de los cuales nos presenta la vida de otras dos parejas. La primera está compuesta por los adolescentes Lola y Pec (Lola Vitasovic y Mateja Poljcic), que pasan el día juntos montando en bici y comiendo helado, sin darse cuenta de que ya están enamorados. Finalmente, descubrirán sus sentimientos en un aeropuerto, cuando se ven obligados a separarse debido a que Lola se marcha a Canadá con su madre y su hermano enfermo. La última pareja se forma ante nuestros ojos: Olja (Mira Janjetovic) e Ivan (Mladen Sovilj) son vecinos; él es un depresivo con tendencias suicidas que adora la física especulativa, mientras que a ella tan solo le quedan unos días en Belgrado antes de regresar a Vancouver. Ambos se encuentran, se gustan y terminan en la cama. Todo indica que ha surgido el amor entre ellos, o tal vez simplemente han vuelto a encontrarse.

La directora firma el guion junto a Staša Bajac y el popular escritor serbio Vladimir Arsenijevic, mezclando las cosas de tal modo que, durante gran parte de la película, nos esforzamos por intentar comprender la relación entre las diversas partes que conforman la historia. En realidad, las tres parejas son la misma, representando tres momentos clave en su relación, narrados a través de continuos saltos temporales. Se trata de una idea fascinante para una película bien escrita y bien dirigida (Neškovic se graduó en la Facultad de Bellas Artes de Belgrado y ha filmado innumerables cortometrajes), presentando una serie de escenas oscuras que demuestran la destreza del director de fotografía Djordje Arambašic, sin mencionar la edición de Marija Šarac, que ordena las piezas de este mosaico para construir una parábola existencial. Cabe destacar que Maša Nešković no se limita al puro romanticismo. De hecho, la falta de equilibrio y simetría no se refiere solo a la pareja, sino que se extiende a la sociedad serbia en su conjunto. La cinta transmite una sensación de precariedad social, representada por la inquietud y angustia de su protagonista, que sufre una verdadera crisis de conciencia en su trabajo como enfermera (cuando el sistema sanitario se desmorona, los profesionales se olvidan rápidamente de la ética). Sin embargo, algunas imágenes simbólicas incluidas en la película pueden resultar algo superfluas. Veinte años después del bombardeo de la OTAN en los Balcanes (una tierra donde, a día de hoy, todavía quedan muchas tensiones por resolver), la pareja protagonista atraviesa un Belgrado adormecido por el calor, que observa con indiferencia el destino de estas dos personas.

La película fue seleccionada en la pasada edición del This is IT, una sección paralela del Festival de Cine de Trieste organizada junto al When East Meets West y dedicada a los mejores proyectos de coproducción italianos. Asymmetry nace de una colaboración entre Serbia, Eslovenia e Italia. La cinta ha sido producida por This and That Productions, Korektif y Nightswim, con el apoyo del Film Centre Serbia, y será distribuida en los cines serbios por Fame Solutions a partir del 30 de enero.

(Traducción del italiano)