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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica

Crítica: Cleo

por 

- Eva Cools sigue con pudor y sensibilidad el itinerario de un duelo y un adiós a la infancia imposibles, un relato de paso a la adultez doloroso a ritmo de Rajmáninov

Crítica: Cleo
Anna Franziska Jaeger en Cleo

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ficha de la película
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, el primer largometraje de la directora belga Eva Cools, presentado hace algunas semanas en la sección Alice Nella Città de la Fiesta del Cine de Roma (donde recibió dos premios: el MyMovies First Film Award para la directora, y el Rising Star Ward para la joven actriz Anna Franziska Jaeger), se estrena el miércoles 27 de noviembre en Bélgica, a través de Lumière.

Cleo, de 17 años, sobrevive a un accidente de tráfico en el que fallecen sus padres. Su cariñosa abuela intenta ofrecer un hogar cálido a Cleo y a su hermano pequeño, pero debe enfrentarse a una adolescente rebelde, que busca consuelo en el misterioso Leos, un chico bastante más mayor que esconde un terrible secreto.

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Cleo es un retrato áspero y directo de una joven perdida, vencida por el estrés postraumático de un accidente del que cree ser la responsable ante los ojos de los demás. Aunque se haya salvado de morir ahogada, Cleo parece debatirse en las tormentosas aguas del duelo y la depresión, sin aliento, buscando una bocanada de aire que la devuelva a la vida.

Ese aire lo encontrará en Leos, un chico diez años mayor, con quien cree poder reinventarse. Un desconocido ante quien puede inventar una nueva Cleo, despejada de su pasado y de su trauma, una joven libre y liberada, que retoma sus ganas de vivir y su gusto por la música. Pero Leos no es quien dice ser.

Rápidamente, el espectador aventaja a Cleo y descubre quién es Leos y las trágicas circunstancias que lo vinculan a Cleo y a su familia. La historia iniciática se convierte en un thriller psicológico con intentos de revelación de la identidad del joven. Sin embargo, la tensión dramática en torno a la confrontación acaba convirtiéndose en secundaria, como fuera del argumento principal. Y la música toma su lugar, in crescendo.

La música es la otra respiración de Cleo. Hija de músicos, se lanza a un desafío musical que hace resurgir fantasmas del pasado, como si quisiera concluir un capítulo de su historia. Habiendo abandonado el teclado hace un tiempo, retoma las partituras para escalar lo que considera su Everest: una pieza virtuosa de Rajmáninov en la que se implica por completo, tanto física como emocionalmente. El fragmento, al que respeta al máximo, adquiere tintes catárticos en el concierto final, que funciona como un vector, un pasaje al otro lado del duelo, que simboliza su intensidad, cólera, melancolía, angustia, culpabilidad, ausencia, tristeza, pero también el amor y la fuerza del recuerdo.

En el papel de Cleo, encontramos a la joven actriz Anna Franziska Jaeger, que encarna con tenacidad y precisión a este animal herido que busca reconstruirse. Junto a ella, Roy Aernouts interpreta con mucha intensidad a Leos, un joven devastado y devorado por la culpabilidad. Yolande Moreau interpreta, con bondad y desconcierto, a una madre que atraviesa un duelo e intenta curar sus heridas, mientras ayuda a sus nietos, aunque a veces le resulta difícil comprenderlos.

Cleo ha sido producida por Lunanime, la sociedad hermana de la distribuidora Lumière. Be For Films gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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