29/09/2019 - El debut del estadounidense David Raboy es una historia sobre paso a la madurez con elementos de terror y drama psicológico, todo ello contado de forma no demasiado convincente

El director estadounidense David Raboy hace su debut en el largo con The Giant [+lee también:
tráiler
ficha de la película], un relato de terror y asesinatos en serie, que no deja de ser una historia sobre el fin de la adolescencia y el principio de la edad adulta. Charlotte (Odessa Young) es aquí el centro sobre el que todo pivota, una chica traumatizada por el suicidio de su madre. Justo el último día de instituto, en su pequeño pueblo es asesinada una joven de su misma edad y características físicas. Esta será la primera de una serie de muertes violentas que marcarán su vida, la de su padre (policía a cargo de la investigación de lo sucedido) y la del resto de personajes. Al mismo tiempo, reaparece Joe (Ben Schnetzer), un exnovio que fue incapaz de estar a la altura cuando nuestra protagonista atravesaba por sus peores momentos.

En la película, proyectada en la sección New Directors del 67° Festival de San Sebastián, no faltan ninguno de los elementos que conforman la imagen que cualquiera, aunque jamás haya pisado “la tierra de la libertad”, tiene en su mente sobre la vida de los adolescentes estadounidenses: la ceremonia de graduación, los preparativos para el baile, las fotos del anuario… Pero todo ello con una pátina de suciedad y feísmo que le dan un toque de originalidad cuanto menos interesante. A eso hay que añadirle reflexiones en off y conversaciones casi susurradas, movimientos de cámara sinuosos y un tanto repetitivos, y planos cortos con rostros apenas iluminados de jóvenes que miran al horizonte con intensidad.

Todo lo enumerado anteriormente resulta curioso y atractivo al principio. Y no hay que negar que la fuerza de las imágenes, mezclada con alguna idea sobre el miedo a la enfermedad mental y a las incógnitas de la edad adulta, logran algún que otro momento poderoso. Pero en conjunto, la sensación que se apodera es la de estar presenciando un capítulo de un crossover entre True Detective y Dawson crece, firmado por un ferviente admirador de Terrence Malick. Y esto no tiene porque ser terrible, hay buenas ideas y talento para capturar emociones perturbadoras, pero se echa en falta cierta profundidad emocional, que permita a los personajes desarrollarse y no quedarse en meros bocetos de adolescentes con mucho mundo interior. 

Ante una propuesta de estas características, es imposible no acordarse de It Follows, de David Robert Mitchell, un clásico instantáneo del cine de terror. Lo que en aquella película eran adolescentes ordinarios, que por si no tuvieran suficiente con ello tienen que enfrentarse con criaturas sobrenaturales que los persiguen después de haber tenido sexo, en esta que ahora nos ocupa se convierten en jóvenes guapos y estilosos que podrían compararse con cualquier influencer con miles de seguidores en Instagram. Chavales más preocupados por el drama que supone pasar su último verano juntos que por las chicas que un día tras otro aparecen asesinadas en su pueblo. Charlotte, la protagonista, es la única a la que todo esto parece afectarle, y el hecho de que ella cargue con tanta preocupación (suicidio de su madre, vuelta del exnovio desastroso, padre distante que investiga asesinatos de adolescentes) la distancia tanto de su entorno como del espectador, una lástima.

The Giant está producida por las compañías estadounidenses Camera Ready Pictures y Bogie Films, la australiana Extra A Producctions y la francesa Vixens. La compañía estadounidense IMR International se encarga de las ventas extranjeras de la película.