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LOCARNO 2019 Piazza Grande

Crítica: La chica del brazalete

por 

- A través de un suceso sacado de la prensa, el film de Stéphane Demoustier aborda el espinoso tema de las diferencias generacionales

Crítica: La chica del brazalete
Annie Mercier y Melissa Guers en La chica del brazalete

"Quería que el espectador afrontara el misterio que esta adolescente [Lise, la protagonista del film] representa", explica Stéphane Demoustier. Está hablando sobre su nuevo trabajo, La chica del brazalete [+lee también:
tráiler
entrevista: Stéphane Demoustier
ficha de la película
]
, que se estrenó mundialmente en la Piazza Grande del Festival de Locarno.

La historia narrada en La Fille au bracelet es tan sencilla como misteriosa: la dieciochoañera Lise, interpretada por la joven e intrigante Mélissa Guers, es acusada del asesinato de su mejor amiga, que sucedió dos años antes. Todo lo que sabemos de este crimen brutal son los hechos expuestos en el juicio: la aparente ausencia de Lise, que durmió en casa de su amiga tras la fiesta que habían organizado allí juntas, durante el asesinato; ausencia que fue confirmada póstumamente por su hermano; la ausencia de arma; y la presencia del ADN de la acusada en el cuerpo de la víctima. Una prueba que habría sido irrefutable si Lise no hubiera explicado, con una calma desconcertante, que las dos mejores amigas se habían "hecho sentir bien" durante la última noche de la joven víctima. Un caso misterioso que es todavía más extraño por la falta casi absoluta de justificaciones por parte de Lise y su aparente falta de preocupación por una sentencia que le costaría mucho.

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Lo que intriga desde el principio es el hecho de que el juicio es, en retrospectiva, solo el marco en el que Stéphane Demoustier escenifica un enfrentamiento aun más intrigante: la de la generación de los padres de Lise con la generación de esta. Muy conscientes de que no estamos en un tribunal estadounidense, en los que, como muchas películas nos muestran, puede pasar cualquier cosa, nos dejamos mecer por declaraciones solemnes y hechos constantemente cuestionados que siempre nos traen de vuelta el enigma del rostro de Lise. Una cara impenetrable que parece resumir el misterio que representa la generación joven para los no iniciados. Una generación expuesta y analizada minuciosamente con la lupa que representa el juicio, que expone todas las pequeñas, y aparentemente banales, libertades: sexo sin involucración emocional, permeabilidad de género, la comodidad de los adolescentes para cambiar de compañero, su búsqueda constante de una satisfacción difícilmente definible.

La complejidad de las relaciones intergeneracionales, la incomprensión reinante entre las distintas facciones —que parecen acusar a Lise con mucha más severidad que las pruebas contra ella—, se convierten en última instancia en el tema central del film. Un enfrentamiento que resulta mucho más interesante que el juicio en sí, y que libera la cinta de la pesadez que lastra la mayoría de los thrillers jurídicos. En lugar de centrarse en lo que sucede en el juicio y mantener al espectador en constante estado de alerta con respecto al destino del acusado, el realizador dirige su mirada a las consecuencias directas del juicio tanto para Lise como para su familia (su padre es interpretado por Roschdy Zem, y su madre, por Chiara Mastroianni). En definitiva, y más allá del veredicto final, esta unidad familiar nunca será la misma: las verdades de cada miembro han quedado expuestas, las máscaras han caído de forma inevitable.

Este profundo estudio de las necesidades de todos desvela las sorprendentes diferencias que separan a Lise no solo de sus padres, sino también del joven fiscal, y que la acercan, asombrosamente, a su "vejestorio" de abogado, el más relajado en lo que concierne a los temas de moral que surgen durante el juicio. ¿Realmente conocemos a nuestros hijos? O más bien, ¿somos lo bastante valientes como para conocerlos? ¿Y si el único crimen de Lise fuera ser una adolescente del siglo XXI? 

La chica del brazalete es una coproducción francobelga de Petit Film, France 3 Cinéma y Frakas Productions. Las ventas internacionales están a cargo de la compañía francesa Charades.

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(Traducción del italiano)

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