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EDIMBURGO 2019

Crítica: End of Sentence

por 

- La película de Elfar Adalsteins gira alrededor de un predecible viaje por carretera en el que un padre y un hijo descubren algunos puntos en común en Irlanda

Crítica: End of Sentence
Logan Lerman y John Hawkes en End of Sentence

El largometraje de debut End of Sentence [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, del productor y ahora director Elfar Adalsteins forma parte de la sección European Perspectives en el reciente Festival de Cine de Edimburgo. La cinta quizás no gane premios por su originalidad narrativa, ya que sigue un camino convencional en la escritura de Michael Armbruster. En vez de enfocarse en la historia, se sustenta en las firmes actuaciones principales de John Hawkes y Logan Lerman como un padre americano y su hijo en un viaje por carretera. Un viaje donde el director de fotografía, Karl Oskarsson y su objetivo sacan el máximo potencial del trasfondo irlandés para ofrecer un nostálgico sentimentalismo en el proceso.

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Con un detallado mapa de carreteras en mano, Frank se dirige al encuentro de su distante hijo Sean el día que este sale de la cárcel y le insta a aparcar sus diferencias, ya que el último deseo de la madre de Sean era que ambos cruzasen el Atlántico para esparcir sus cenizas en un lago donde ella creció. Es allí donde se revelan todos los secretos y donde las dolorosas rupturas pueden sanar al fin. Hay muchos resoplidos y quejas, hostilidad por ambas partes y numerosos giros narrativos, todo ello hilado con una contención que es digna de admirar, así como con una melancolía en el ritmo y una estética que casa con el estado anímico de Frank. Como la mayoría de las películas nóveles, esta es una prueba en carretera altamente competente que favorecerá al portfolio de los directores, ya que la única catástrofe al volante ocurre en pantalla. No obstante, debemos preguntarnos si realmente necesitamos otra historia de hombres estrechando lazos a lo largo del camino. La respuesta es… quizás, sobre todo si esta película trata de indagar en un comportamiento que se origina en los patrones aprendidos en casa.

A pesar del fallecimiento de la madre, el film no carece del todo de un toque femenino. Tras un ebrio despertar en Dublín, Sean conoce a una impetuosa cantante, Jewel (Sarah Bolger), el único personaje con la motivación suficiente para obtener lo que desea, y se embarca en una aventura amorosa con ella, donde echa mano de sus habilidades como ladrón de coches. Empezamos entonces a descubrir la vulnerabilidad de Sean y el antagonismo entre padres e hijos a lo largo de las generaciones de la familia Fogle.

End of Sentence funciona mejor cuando se mira como un análisis de un hombre roto. Frank es una persona dócil y reservada con acciones pasivo-agresivas, que intenta salirse con la suya sirviéndose de los deseos del resto. Sean, recién salido de prisión, es antagónico y rebelde por fuera, pero un cachorrito perdido por dentro. Los cineastas deberían haber confiado en la reciente apertura emocional como argumento suficiente para llevar a cabo la película, ya que algunas tramas y giros patinan y derrapan, especialmente si tanto guionista como director ven a Jewel como su propia versión de Alabama de Amor a quemarropa, pues la historia de la chica avanza a marchas forzadas. Parece que los mismos hombres detrás de la película podrían usar algunas de las lecciones de Frank sobre cómo tratar a una dama.

End of Sentence es una coproducción de Islandia, Irlanda y EE.UU. para Beserk Films en asociación con Sighvatsson Films, Samson Films y Rocket Science, con el apoyo del Icelandic Film Centre. Rocket Science se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Mar Muñoz Lorente)

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