10/02/2019 - BERLÍN 2019: El documental de Seamus Murphy sobre PJ Harvey está magníficamente rodado, pero le cuesta encontrar una dirección narrativa precisa y le falta algo de consistencia

Kino International acogió ayer el estreno mundial del documental irlandés-británico A Dog Called Money [+lee también:
tráiler
ficha de la película], dirigido por el cineasta y fotógrafo Seamus Murphy y presentado en la sección Panorama de la 69ª edición de la Berlinale. El largometraje debut de Murphy comienza con una escena en la que se observa la cara de un niño pegada a la ventanilla de un coche en el que se encuentran la artista británica PJ Harvey y el propio director. Es, ciertamente, uno de los muchos excelentes planos que despiertan la curiosidad del espectador a lo largo de la película. El documental sigue de cerca la búsqueda de inspiración de PJ Harvey y los ensayos para la grabación de su álbum The Hope Six Demolition Project. Murphy acompaña a la cantante a tres destinos principales: la capital de Afganistán, Kabul; los abruptos paisajes de Kosovo y el sudeste de Washington D. C.

De vuelta en Londres, PJ Harvey decide trabajar en su álbum en un estudio construido expresamente para ello, lo que permite al público observar atentamente las actuaciones de la artista, así como tener una especie de aproximación a su proceso creativo. La vemos viajando constantemente y visitando gente y lugares en busca de inspiración; cada momento representa una posible oportunidad para escribir una nueva canción, dar con un buen título o componer una melodía con fuerza. Sus viajes e impresiones suelen ir acompañados también de sus pensamientos, que se oyen en voz en off. No obstante, en varias ocasiones sus palabras resultan repetitivas, y se limitan a describir lo que los espectadores ya pueden ver en la escena.

A la película le falta consistencia y cohesión desde el principio. La perspectiva del director cambia constantemente, y no se adentra lo suficiente en los personajes ni en los lugares visitados por la artista. Esto explica que las interminables secuencias de estupendos planos que ofrece la película no lleguen al corazón del espectador. En general, puede resultar bastante complicado identificarse con este documental si uno no conoce a PJ Harvey ni su discografía. Todas las escenas giran alrededor de la artista, de su grupo y de su álbum. Sus viajes parecen cumplir únicamente sus propósitos artísticos y, por este motivo, a la película le cuesta tratar temas más universales y que podrían haber incrementado su potencial y haberle dado un alcance mayor, más allá de su club de fans.

Por otra parte, el documental no muestra ningún tipo de conflicto importante, ya que no vemos en ningún momento que la protagonista atraviese ninguna crisis creativa ni que le surjan las dudas inherentes al proceso de composición. Quizá la película podría haber realizado una exploración más profunda de la vida de PJ Harvey fuera del estudio. De haberlo hecho, el público habría podido disfrutar de un retrato más libre y sincero de la cantante.

Cabe señalar también algunos aspectos positivos, como la excelente fotografía de Murphy y el indiscutible gran impacto de algunas de las canciones de PJ Harvey. La sensación general es la de estar ante una película con un buen número de secuencias de calidad y que parecía tener un gran potencial, pero se debería haber trabajado más para garantizar una narración más coherente, así como una visión más profunda y madura de la vida de la cantante y su proceso creativo, que solo se aprecia en las conversaciones con su grupo y en sus comentarios dentro y fuera de escena.

A Dog Called Money es una producción de las británicas Pulse Films y JW Films y de la irlandesa Blinder Films en colaboración con Somerset House (Reino Unido). La empresa austriaca Autlook Filmsales tiene los derechos internacionales.

(Traducción del inglés por Inés Seller)