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GÖTEBORG 2019

Crítica: Aurora

por 

- La ópera prima de Miia Tervo cuenta con una protagonista llena de vida, pero da algunos bandazos tratando de seguir sus ebrios pasos

Crítica: Aurora
Mimosa Willamo en Aurora

Nadie ha identificado las reglas de la comedia romántica mejor que Mindy Kaling. "Me gusta tanto ver a personas enamorarse en la pantalla, que puedo suspender mi incredulidad en esas situaciones forzadas que solo ocurren en el intenso mundo de las comedias románticas", escribió la cómica. "Las considero un subgénero de la ciencia ficción en el que el mundo funciona con otras reglas". Pero en Aurora [+lee también:
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, film inaugural del Festival de Gotemburgo (25 de enero-4 de febrero), la realizadora Miia Tervo, si bien respeta los clichés más disfrutables del género, rodea a su extraña pareja, que discute sin cesar hasta encontrar el amor, de observaciones brutales sobre la adicción y la crisis de refugiados, por no mencionar la implacable oscuridad del invierno lapón. Si Julia Roberts se asomara a este mundo, saldría corriendo, solo para quedar atrapada en una altísima capa de nieve. 

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Pero ¿quién necesita a Julia teniendo a Mimosa Willamo? La actriz es lo mejor de la cinta revelación de terror Lake Bodom [+lee también:
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, y se llevó el Jussi por Headfirst [+lee también:
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. En la película que nos ocupa, interpreta a una manicurista en horas bajas, Aurora; y la primera vez que la vemos, por cierto, está huyendo semidesnuda de un posible (ex)amante. Sea cual sea su estatus, él no parece contento. Pero aunque ella es una chica problemática que además se enfrenta a un inminente desahucio debido a su permanente falta de liquidez, de algún modo acaba aceptando la misión de ayudar al padre iraní Darian (Amir Escandari, en una buena interpretación) a encontrar una esposa finlandesa para poder solicitar asilo.

El motivo del hombre que se plantea casarse para evitar la deportación nos sitúa en un territorio similar a cintas como La proposición, aunque en este caso, hay mucho más en juego que verse obligado a volver a Canadá. Pero Aurora no es una película tan calculada como otras comedias románticas, lo cual supone al mismo tiempo su fortaleza y, en cierto sentido, su debilidad, pues la trama deambula ebriamente, al igual que su protagonista de tacones altos. La cinta está lastrada por un montaje temblón y por los actores de reparto, que están enterrados bajo capas de artificioso estilismo y no hacen mucho más que sobreactuar, y toda la responsabilidad de conmover recae sobre Willamo, que parece una Donatella Versace que lleva demasiado tiempo en la calle. Por suerte, la actriz cumple con creces, y el repentino cambio de parecer de su personaje se manifiesta a través de pequeños y torpes actos de ternura (por recordar el título del corto que Tervo realizó en 2015). 

Si consideramos las fechorías alcoholizadas de la protagonista ("Tener problemas ocasionales con la bebida no es lo mismo que tener un problema con la bebida", insiste ella, convencida), podríamos etiquetar sin más reparos Aurora como la respuesta finlandesa a Y de repente tú, pero en realidad estamos ante una propuesta mucho más sombría. Tervo intercala cada momento despreocupado (merece especial mención un intento de conseguir una clase de twerking gratuita) con diálogos sorprendentes, llegando tan lejos como a defender el derecho de toda mujer a tirarse pedos (con perdón). A pesar de que no todos los chistes aciertan, y que algunos fracasan estrepitosamente, es de admirar la absoluta falta de interés de la cineasta en lo que concierne a la corrección política, sobre todo en un género que suele considerarse decente y remilgado. Al fin y al cabo, no debe haber en el cine muchos primeros encuentros entre futuros amantes que terminen con un chiste sobre violaciones.

Aurora es una producción de Max Malka para Dionysos Films; las ventas internacionales están a cargo de LevelK.

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(Traducción del inglés)

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