21/06/2018 - El sexto largometraje de Marco Ponti es una comedia grotesca y distinta a su trabajo habitual, en esta, tres jóvenes rebeldes terminan involucrados en un robo sin darse cuenta

Lorenzo Richelmy, Matilda De Angelis y Eugenio Franceschini en Una vita spericolata

En Santa Maradona, el filme anterior de Marco Ponti, los protagonistas, Andre y Bart (Stefano Accorsi y Libero De Rienzo) sueñan con una vida llena de osadía, persecuciones policiacas y acción como la de una película de Bruce Willis. Diecisiete años después, este mismo director parece haberles concedido su deseo con este nuevo largometraje, Una vita spericolata [+lee también:
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ficha de la película], un filme lleno de adrenalina que resulta una secuela ideal para aquel amado filme generacional (con el cual David di Donatello ganó un premio a mejor debut como director en el 2002). Sin embargo, esta vez Ponti regresa con un nuevo elenco, un estilo fresco y resultados totalmente distintos. 

El filme comienza con dos jóvenes cerca de los 30 años quienes han sido amigos toda la vida y se podría decir se encuentran en un mal momento de sus vidas. Rossi (Lorenzo Richelmy, al que hace poco vimos en Una questione privata [+lee también:
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entrevista: Paolo Taviani
ficha de la película] de los hermanos Taviani) dirige un taller y está plagado de deudas, mientras que BB (Eugenio Franceschini, quien reemplazó a Domenico Diele después de que este fuera arrestado por homicidio por conducción en estado de ebriedad solo tres días antes de que comenzaran la filmación) es un ex campeón de rally que sueña con escapar a Copacabana. Un día, Rossi termina involucrado en un robo sin darse cuenta, esto después de haber ido al banco a pedir un préstamo, préstamo que le negaron  (aparentemente los bancos no le entregan dinero a los pobres como él).  A esto le sigue una serie de eventos absurdos que culminan con Rossi dejando el banco con un maletín lleno de efectivo y acompañado de una rehén, Soledad (Matilda de Angelis, conocida por su actuación en Veloz como el viento [+lee también:
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entrevista: Matilda De Angelis
entrevista: Matteo Rovere
ficha de la película]). 

Resulta que Soledad es una actriz de una reconocida telenovela y el robo pronto atrae toda la atención de los medios de comunicación. Así comienza una osada aventura que los lleva por toda Italia, desde Piamonte hasta Apulia; tres rebeldes bien parecidos perseguidos por la policía que es dirigida por un “teniente corrupto” adicto a la cocaína (Massimiliano Gallo), y también que por los dueños originales de los dos millones de euros que robaron, los malos  Michela Cescon y Mirko Frezza. El filme es algo entre un western europeo y cine pulp, tiene persecuciones de alta velocidad, tiroteos y dedos cercenados, el director (quién también escribió el guion) parece haberse divertido con el diálogo y con sus tres personajes principales: Soledad, una “dama oscura” desinhibida y sin escrúpulos, BB, muy tranquilo y siempre con un cigarrillo en su boca, y Rossi, quien siempre parece estar al borde de un ataque de nervios. Sin embargo, algunos de las bromas no parecen funcionar del todo y algunos de los eventos son un poco difíciles de creer (es verano, afuera hace 40 grados ¿Y Rossi y BB deciden regresar a la “escena del crimen” con unos sombreros como disfraz?), también, los excesos ocasionales y caricaturizados de los personajes no están bien logrados, esto incluye a los de los personajes secundarios también.

Un triángulo amoroso, crítica social, gansterismo, comedia extravagante y #MeToo, Una vita spericolata tiene un poco de todo. Durante su estreno en Roma, el actor, Richelmy lo describió como un filme “experimental”, mientras que De Angelis dice que fue “un filme que, o no lo obtienes o te lo dan desde el comienzo”. 

01 ha estrenado la cinta en cines italianos el 21 de junio. El filme fue producido por el grupo Italian International Film, junto con Rai Cinema. Tom Morello, del grupo Rage Against the Machine, realizó la banda sonora.

(Traducción por Javier Campos)