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CANNES 2018 Quincena de los Realizadores

Crítica: Amin

por 

- CANNES 2018: Siempre fiel a sus valores de la verdad y la simplicidad, Philippe Faucon firma un filme claro y preciso que explora la vida de un hombre de Senegal que vive en Francia sin su familia

Crítica: Amin
Emmanuelle Devos y Moustapha Mbengue en Amin

Continuando con sus representaciones sobre las realidades de las vidas de los inmigrantes en Francia por medio de películas de ficción que nunca dejan de sorprender en su integridad, Philippe Faucon da en el blanco nuevamente con Amin [+lee también:
tráiler
entrevista: Philippe Faucon
ficha de la película
]
, revelada en la 50° edición de la Quincena de los Realizadores durante el septuagésimo primer Festival de Cannes. En un momento en donde muchos cineastas se inclinan por los ejercicios de estilo artísticos o los juegos con los géneros de cine en sus representaciones de la sociedad, el enfoque modesto y artesanal de este director francés (que sin embargo hace gala de un estilo cinematográfico hábil y depurado) no solo permite una representación realista y humana sino también un retrato auténtico y equilibrado de las situaciones y los dilemas que usualmente se convierten en clichés comunes.

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Tras su más reciente filme, Fatima, el cual se enfocaba en la integración, Philippe Faucon coloca ahora su mirada en el tema de los trabajadores inmigrantes en Francia, en quienes han dejado atrás en sus países de origen y a sus familias. Familias a las que solamente ven en muy raras ocasiones y a quienes les transfieren los frutos financieros de su labor, frutos que ganan gracias a trabajos de construcción. Este es el caso de Amin (Moustapha Mbengue) que ha vivido en un hostal en Saint-Denis, un suburbio interno de París, durante varios años y que rara vez regresa a su hogar en Senegal para ver a su esposa, Aïcha (Marème N’Diaye) y a sus tres hijos de 15, 12 y 10 años de edad. El exilio económico de Amin comienza a afectar a su esposa, muy franca sobre el tema, tan franca que es reprendida por los hermanos de Amin, que le recuerdan del sacrificio que este hace por el bien de todos (cada uno de ellos se beneficia del dinero que gana Amin: la compra de tierra; la construcción de una casa; y el dinero en efectivo que llega a casa oculto en sus calcetines después de que Amin cruce el aeropuerto bajo la mirada de la gente en la aduana). 

Pero la vida de Amin en Francia, al igual que la de los otros inmigrantes con quienes comparte el hostal y quienes vienen de todas partes del mundo, está lejos de ser perfecta: sufre a causa de la soledad; no puede ver crecer a sus hijos; ellos no lo conocen y él ya no los conoce (a pesar de sus mejores esfuerzos para ser una buena figura paterna durante su visitas a Senegal); y algunas veces le cuesta conectarse otra vez con su esposa (“no estamos en el mismo sitio”). Entonces, un día, mientras camina por un pequeño patio privado, se encuentra con la casa de Gabrielle (Emmanuelle Devos), una enfermera que se separó recientemente de su tóxico esposo quien continua tratando de arruinar su vida, intentando poner a su hija adolescente, Célia (Fantine Harduin) en su contra. Sola y sin prejuicios, esta mujer instiga a Amin y luego se embarca en un amorío con él.

En un estilo que resulta de todo menos ostentoso y muy distanciado del mundo de los giros repentinos y dramáticos, Philippe Faucon (escritor del guion en conjunto con Yasmina Nini-Faucon y con Mustapha Kharmoudi) construye metódicamente y sin dificultades, una imagen muy detallada, incorporando a buen ritmo los muchos problemas inherentes de este tema (exilio, dinero, emociones, familia, las barreras invisibles creadas por el color de piel y las clases sociales, la explotación económica, que algunas veces termina costando vidas o por lo menos, causando soledad, el sentido de solidaridad que se siente en los hostales y entre inmigrantes quienes cumplen con su papel tratando de asegurar la educación de las futuras generaciones en sus países de origen, etc.). Con muchas fortalezas y con una manera de filmar controlada y reducida a su forma más simple para enfocarse en lo que cuenta, las apariencias, actitudes, gestos y palabras, Amin resulta principalmente, un filme sobre personas y un proyecto cinematográfico de un gran prestigio.

Amin fue producido por Istiqlal FilmsARTE France CinémaNJJ EntertainmentAuvergne-Rhône-Alpes CinémaTanit Films. De sus ventas internacionales se encarga Pyramide International.

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(Traducción por Javier Campos)

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