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VISIONS DU RÉEL 2018

Crítica: Genesis 2.0

por 

- La película de Christian Frei y Maxim Arbugaev presenta un futuro en ciertos aspectos grotesco que se perfila en el horizonte como una amenaza traidora y febril

Crítica: Genesis 2.0

Tras un debut de lo más prometedor en Sundance (Premio Especial del Jurado a la fotografía en la competición World Cinema Documentary), Genesis 2.0 [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, dirigida por el suizo Christian Frei y el ruso Maxim Arbugaev, llegó a la competición internacional del Visions du réel. Genesis 2.0 prosigue, pues, su camino hacia el futuro. Un futuro que retrata en ciertos aspectos grotesco y que se perfila en el horizonte como una amenaza traidora y febril. 

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La nueva y ambiciosa película de Christian Frei (Fotógrafo de guerra) y Maxim Arbugaev arranca con las imágenes grandiosas de las misteriosas tierras de la Nueva Siberia, en el extremo norte de Rusia. Una isla poco hospitalaria y orgullosa que desde el principio de la película parece respirar, vivir y acelerar los pasos de sus poco bienvenidos huéspedes: un grupo de valientes (o deberíamos decir desesperados) buscadores de… ¡colmillos de mamut! Sí, porque con el inexorable derretimiento de los hielos de sus polos, la Tierra ha devuelto a la vida rastros de un pasado lejanísimo y soñado desde un punto de vista científico. En vilo entre los vestigios de una era de la que todavía queda mucho por descubrir, tan lejana que uno pierde cualquier atisbo de tangibilidad, y un futuro de falsa ciencia ficción del que podría formar parte (desvelando una parte de sus misterios), el grupo de cazadores de mamut que filman Frei y Arbugaev parece perder progresivamente el norte.

El vínculo entre el equipo y el día a día en la isla lo hace Maxim Arbugaev, quien con su cámara y sus letras juega el papel de reportero y traductor de un malestar que se lee claramente en los rostros tensos, casi arcaicos de los aventureros. Sus palabras acompañan el frenético trabajo de investigación de lo que comúnmente se llama oro blanco (si están puros e intactos, los dientes de mamut pueden venderse a precio de oro) y asumen progresivamente un tono oscuro e inquietante, como si la isla misma se apoderase de la voz de Maxim para expresar su desavenencia. La advertencia de no molestar el espíritu de estos gigantescos animales prehistóricos proviene de la sabiduría popular, que pone en guardia contra las posibles consecuencias nefastas de un despertar forzado. ¿Bastarán para aplacar la rabia de los espíritus las ofertas (golosinas y pequeñas bolitas de vidrio) dejadas por los aventureros en el lugar en que vienen descubiertos los dientes de mamut y la promesa de usarlas con unos fines tan nobles como la investigación?

Esto no parece, desde luego, ser la preocupación de muchos de los investigadores. A fin de cuentas, el más cabal de todos es el responsable del museo del mamut en Yakutsk. A él lo acompañan personajes como el mesiánico genetista Georges Church o el inquietante doctor Woo Suk Hwan, cofundador del proyecto “clone my dog”, que aprovecharán la desesperación de cuantos arriesgan la vida en la isla imaginando un futuro sin límites. Genesis 2.0 traza un paralelo constantemente entre estas dos realidades y desvela la trasescena de una misión científica con tintes ginsberguianos poblada por personajes lyncheanos que erizan la piel. El vaso comunicador entre estos dos universos es un desasosiego permanente por la riqueza y el poder, que, como lo dice lúcidamente uno de los aventureros, aparecen insertados en la naturaleza humana: “El hecho de no tener nunca lo bastante está dentro de cada uno de nosotros”. Genesis 2.0 concluye con un intercambio de opiniones sobre la ética de la clonación entre un investigador inglés y una genetista china. Estos propósitos amplifican hasta el paroxismo el malestar presente a lo largo y ancho de la película: la construcción de un superhombre previsible, fruto de la comercialización de la vida misma.

Genesis 2.0 es una producción de Christian Frei (Christian Frei Filmproduktion), la SRF, la RSI y ZDF/ARTE. Rise and Shine World Sales se encarga de sus ventas internacionales.

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