07/06/2017 - El aclamadísimo director de Costa da Morte acaba de finalizar la primera parte del rodaje de su nueva película, cuya filmación continuará a primeros de julio

“Una aldea. El tiempo que parece estar quieto. Todo el mundo está paralizado mientras que la naturaleza y los animales se mueven libremente. Sin embargo, podemos escuchar a personas hablando y moviéndose, como si estuvieran en una dimensión

desconocida. La sensación es como estar en un limbo lleno de espectros. Tres mujeres mayores (¿serán brujas?) son capaces de moverse entre esas dos dimensiones. Ellas están tratando de hacer algo que no podemos entender”: ésta es la sinopsis que nos ha facilitado Felipe Lage, productor de Mimosas [+lee también:
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entrevista: Oliver Laxe
ficha de la película], de su hermano Óliver Laxe, y del nuevo trabajo de Lois Patiño: Lúa vermella [+lee también:
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entrevista: Lois Patiño
ficha de la película] (título provisional: Tempo vertical), como ya lo fue de su multipremiada Costa da Morte [+lee también:
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entrevista: Lois Patiño
ficha de la película].

La película es una coproducción entre las compañías Zeitun Films y Amanita Films, ambas gallegas, con el apoyo del AGADIC. El rodaje está dividido en dos partes: del 15 de mayo al 3 de junio (3 semanas), en la zona de Monforte de Lemos (provincia de Lugo), y del 3 de julio al 15 de julio (dos semanas), en la zona de Camariñas-Costa da Morte (A Coruña)

El equipo técnico está compuesto por Lois Patiño (director, director de fotografía y montador), Adrián Orr (ayudante del director, autor de la premiada Niñato [+lee también:
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ficha de la película]), Jaione Camborda (directora de arte), Judith Cerqueiro (responsable de vestuario) y Aníbal Menchaca (sonido directo). Las actrices principales (ninguna profesional) son Ana González, Carmen Martínez y Pilar Rodríguez. El resto del elenco es fundamentalmente figuración de gente local.

Según Patiño, Lúa vermella, que tiene como referentes a Alain Resnais (especialmente El año pasado en Marienbad) y Wim Wenders (El cielo sobre Berlín), Béla Tarr y Pedro Costa, “busca entretejer ficción con ensayo documental y audiovisual. Será una película fantasma que sucede en una villa gallega donde se mostrará misterio a partir de una propuesta narrativa innovadora. Los aspectos de reflexión provienen de una noción local, para abrirse hacia un concepto universal. Nos centraremos en cómo, nosotros, los gallegos, nos relacionamos con la muerte y los mitos de nuestra cultura. En la película, fantasmas y espíritus convivirán juntos con el tiempo presente en el espacio del pueblo. Esto nos llevará a experimentar el tiempo de una manera diferente, donde el instante y la duración, la repetición o la inmovilidad transmitirán una mayor densidad temporal. Aquí, la idea de línea de tiempo se rompe y apoyamos los conceptos de Henri Bergson: el tiempo se extiende y se contrae”.