email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS Alemania

La conspiración del silencio: la verdad reprimida de Auschwitz

por 

- Giulio Ricciarelli aborda el periodo de la posguerra en que los alemanes menores de 30 años no sabían aún que hubiera campos de concentración

La conspiración del silencio: la verdad reprimida de Auschwitz
Alexander Fehling en Il labirinto del silenzio

Hay algo que golpea al espectador ya en los primeros minutos de La conspiración del silencio [+lee también:
tráiler
making of
entrevista: Giulio Ricciarelli
entrevista: Giulio Ricciarelli
ficha de la película
]
, de Giulio Ricciarelli: la constatación de que en 1958 los alemanes menores de 30 años aún no sabían qué había sido Auschwitz. En aquel clima de reconstrucción eufórica sobre las carnicerías de la guerra y con la oportuna contención colectiva fruto de una Alemania dividida en dos (por una parte, los americanos; por otra, los soviéticos) y en el año en que el fiscal general Fritz Bauer abrió un largo procedimiento judicial que acabó con los procesos de Auschwitz en 1963 es donde y cuando ha querido ambientar su película el director nacido en Milán y alemán de adopción.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

 

Ricciarelli opta por dar el protagonismo de su relato al joven abogado Johann Radmann (interpretado por Alexander Fehling, al que vimos en Malditos Bastardos) precisamente por su mirada absolutamente pura de los crímenes de Auschwitz, ignorados por las instituciones alemanas. Queda lejos el proceso de Nuremberg de 1945 y 1946, que se saldó con la condena de los jefes nazis capturados y supervivientes más importantes. Con la ayuda del periodista Thomas Gnielk (André Szymanski) y de la asociación de supervivientes de los campos de concentración, Radmann entra en posesión de algunos documentos que afectan a 8000 alemanes que trabajaron en Auschwitz. Todos son acusados de homicidio, incluido Josef Mengele, el doctor que infligía terribles torturas a los gemelos internados en el campo. Pero la orden que tienen es la del olvido. No abrir viejas heridas que están cicatrizando.

 

Con el apoyo de su superior, Fritz Bauer (Gert Voss), precisamente encarcelado en la época del Tercer Reich por sus ideas socialistas, el joven procurador consigue superar los obstáculos que le ponen sus compatriotas. Frente a él desfilan los testimonios de los horrores del lager y los responsables de aquella infamia: rostros normales de panadero, cartero o abogado que evocan aquella “banalidad del mal” que acuñó Hannah Arendt con motivo del proceso al jerarca nazi Adolf Eichmann. Para Bauer, quien llevó a cabo aquellas acciones criminales lo hizo porque creía en ellas, no porque se vio obligado por sus superiores.

 

El resto es Historia pero Ricciarelli enriquece su narración con matices personales para hacer más vital a su protagonista: su amor por la joven Marlene (Friederike Becht) y una obsesiva búsqueda de justicia que lo llevará a atravesar una crisis de conciencia.

 

Tras su estreno mundial en el festival de Toronto de 2014, La conspiración del silencio fue elegida para representar a Alemania en los Oscar y acabó estando entre las nueve finalistas a hacerse un hueco entre las cinco nominadas a la preciada estatuilla.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del italiano)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy