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LOCARNO 2015 Competición

Andrzej Żuławski regresa con la intrigante Cosmos

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- LOCARNO 2015: El director polaco reaparece con una película personalísima en la competición del festival de cine de Locarno tras quince años de silencio

Andrzej Żuławski regresa con la intrigante Cosmos
Victoria Guerra y Jonathan Genet en Cosmos

El primer largometraje francés presentado en la arena de la competición internacional del festival de cine de Locarno, Cosmos [+lee también:
tráiler
entrevista: Victória Guerra
ficha de la película
]
, sobrecoge por la audacia de su lenguaje violento y anacrónico. 

Fiel a sí mismo, Andrzej Żuławski, director polaco y francés de adopción, ha decidido, una vez más y quince años después de su última obra, La fidelidad, remar contra corriente, cueste lo que cueste. La historia narrada en su personalísimo Cosmos gira alrededor de la figura de Witold, un joven efebo de aspecto pasoliniano (Teorema se cita abiertamente en la película), escritor apasionado dirigido hacia una carrera de abogado que lo deja indiferente. Acompañado de Fuchs, una especie de Sancho Panza homosexual que ha dejado su trabajo en una casa de moda parisina, decide irse a pasar unos días al campo, en una pensión familiar. Allí, la pareja encontrará un grupillo de personajes absolutamente insólitos que fluctúan alegremente entre la realidad y la ficción. Destaca el brío de la interpretación de Sabine Azéma, que encarna a la propietaria de la pensión.Se sucede una serie de presagios inquietantes: primero aparece un gorrioncillo colgado, luego un trozo de leña y, finalmente, un gato de la familia, ahorcado por el propio Witold. Todos estos acontecimientos apuntan inexorablemente a su estancia: una escalada de crueldad que parece no poder terminar sino fatalmente. ¿Qué pretende decirnos Andrzej Żuławski con su película y ese aroma a caja de Pandora? ¿Adónde quiere llevarnos? ¿Y por qué? Construida como una coreografía (preciosos los primeros planos de las manos de Witold moviéndose al unísono con las de la hija de la propietaria de la pensión, como hipnotizados) Cosmos presenta una realidad a medio camino entre el sueño y la pesadilla en la que cada cosa se refleja en su contraria y la belleza siempre está a punto de convertirse en horror. En este sentido, resultan emblemáticas las bocas de la joven propietaria y de la camarera: una es perfecta; la otra, torva. Este continuo vaivén de realidad lleva a Witold, que sufre, además, una esquizofrenia cada vez más inquietante y que va en aumento paralelamente con su pasión por la joven propietaria, a arañar compulsivamente la superficie de las cosas, buscando su profundidad, como si estuviera ciego. El aparente anacronismo que domina todo el film (desde el manierismo de los actores hasta la inverosimilitud de su vestuario) parece ponernos en contra, como si Żuławski quisiera obligarnos a observar la historia desde cierta distancia. Cosmos nos hace viajar sin descanso de un planeta a otro como quemados por un amor cegador que, visto desde fuera, resulta casi ridículo. Pero, ¿y si el amor y la pasión no fueran esto precisamente: la transformación imprevista de la vida cotidiana en algo más grande, loco y grotesto? En cualquier caso, eso es lo que se nos sugiere: “he conocido el milagro entre la gracia y la maldición. He amado”, declama, al final, el absurdo padre de familia, preso de un liberatorio impulso de locura. 

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Cosmos es una coproducción entre Francia (Alfama Films) y Portugal (Leopardo Filmes) cuya agente de ventas internacionales es Alfama Films.

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(Traducción del italiano)

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