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PELÍCULAS España

Hablar: teatro protesta en plena calle

por 

- Joaquín Oristrell orquesta este experimento basado en la improvisación actoral, la palabra como arma de denuncia social y la toma única

Hablar: teatro protesta en plena calle
Raúl Arévalo y Álex García en Hablar

Joaquín Oristrell no tiene pelos en la lengua: en 2003, en complicidad con actores como Elvira Mínguez, Javier Cámara y Juan Diego Botto, articuló el film Los abajo firmantes, manifiesto pacifista contra aquella absurda guerra de Irak a las que unos no menos incoherentes políticos nos habían empujado. Ahora, doce años después, y con la complicidad de Cristina Rota y su Sala Mirador –escuela de arte dramático de donde ha salido un ejército de intérpretes–, el cineasta vuelve a atacar, a gritar, a poner sobre la mesa algo tan candente y preocupante como el estado de ánimo –confuso, estupefacto, hastiado y desesperado– de una sociedad española deseosa de decir “¡Basta!”

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se compone de historias cruzadas, pequeños retazos de vida encarnados por una veintena de actores que entran y salen de plano durante una única toma –sin trucajes– que empieza a la salida del metro de la madrileña plaza de Lavapiés y termina en las gradas de la mencionada Sala Mirador, a 500 metros del inicio. Sergio Peris-Mencheta (en el rol de profeta urbano), Estefanía de los Santos (una pobre alcoholizada), María Botto (que interpreta a una madre desesperada), y Raúl Arévalo (que se ha citado ciegamente a través de internet con una persona desconocida), abren el telón de este recital de interpretaciones más o menos logradas a cargo de figuras como Marta Etura, Mercedes Sampietro, Goya Toledo y el ubicuo Antonio de la Torre, entre otros. Porque muchos de los actores son asimismo los autores de los textos que recitan… y no todos aportan el mismo grado de riesgo y emoción.

El dramón, la protesta y hasta la comedia (memorable el segmento sobre el adicto al sexo cibernético) se van cruzando delante de la cámara de Oristrell, que sólo necesitó cuatro intentos para lograr su objetivo. El espectador disfrutará con este desfile de caras conocidas que, a modo de una obra de teatro callejero, ponen en escena, en la propia acera, un retablo a base de pinceladas de lo que lleva sufriendo la población española en los últimos años. La corrupción, el desamparo, el robo y la deshumanización salpican pues un film que es más, como reconoce el propio Oristrell (leer entrevista), un puzle que un todo compacto. Esa acumulación de historias dispares hace cojear un film que podría haber dado más de sí si hubiera sacrificado su pretendida espontaneidad por un guión más elaborado, donde se analizara en profundidad el porqué, cómo y hasta dónde nos está llevando esta sociedad, ya en perenne crisis, en la que parecemos enfangados.

La película que inauguró la última edición del Festival de Málaga Cine Español aún no tiene agente de ventas internacional, pero varios festivales franceses se han interesado por ella. Se trata de una producción de Aquí y allí Films y Sabre Producciones (que estaban detrás de Magical Girl [+lee también:
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), con la colaboración de Producciones Cristina Rota, la maestra de todos los actores que aparecen en Hablar, curtidos en esa sala Mirador donde termina esta reunión de amiguetes.

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