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CANNES 2015 Competición

Langosta: Cuando Buñuel conoce a Orwell

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- CANNES 2015: Yorgos Lanthimos firma una película de ciencia ficción ambiciosa, inesperada, conceptual y rigurosa sobre el totalitarismo social y la "asociación amorosa"

Langosta: Cuando Buñuel conoce a Orwell
Colin Farrell y Rachel Weisz, en The Lobster

En su primer largometraje en inglés, Langosta [+lee también:
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, descubierto en competición en el 68° Festival de Cannes, el cineasta griego Yorgos Lanthimos se abandona a un juego de adivinanzas altamente sofisticado a gran escala, abundantemente nutrido de un substrato intelectual destilado en forma de una aventura de ciencia ficción que es a la vez una extrapolación nada lejana de nuestro mundo actual. Una creación muy ambiciosa, que juega con la fascinación, que se inunda de humor gélido y que profundiza en el absurdo de las mecánicas humanas y sociales, que se inscribe en la sorprendente línea estilística de las obras precedentes del director (sobre todo, Canino [+lee también:
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). La película, una especie de relectura posmoderna del totalitarismo "orwelliano" salpicado de lo que podrían ser repetidos guiños a Barry Lyndon, la película acaba erigiéndose como un retrato implacable (incluso misántropo) del control y de la alienación sociales en un ambiente en donde el individuo debe conformarse a cualquier preio, renunciar a todo el afecto y someterse a los procesos de selección más crueles bajo pena de ser devuelto a la animalidad.

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Colocando metódica y hábilmente los elementos de exposición de su "high concept movie" (cuyo guion ha escrito junto a su cómplice habitual Efthimis Filippou), Lanthimos propulsa al espectador en compañía de David (Colin Farrell), que acaba de perder a su mujer. Como está prohibido ser soltero, es transferido a un hotel fuera de la ciudad, en donde los huéspedes tienen 45 días para encontrar a su alma gemela. Si fracasan, serán transformados en animales de su elección (David elige ser transformado en langosta, de ahí el título). En el hotel se entrega ropa masculina y femenina idéntica y obligatoria, y se organizan salidas de caza con carabina de jeringa hipodérmica, en las que una víctima significa poder estar un día más en el hotel. La masturbación está prohibida, el potencial de excitación lo mantienen las chicas de la limpieza, se organizan noches de baile y se efectúan castigos para los que se desvían de las normas y los que no las cumplen reiteradamente. Los días se pierden en medio de los diversos intentos de apareamiento (como los de Jessica Barden, Ben Whishaw, John C. Reilly o Ashley Jensen) y David acaba probando suerte con "la mujer sin corazón" (Angeliki Papoulia), pero no está lo suficientemente endurecido y debe huir, ayudado por una de las chicas de la limpieza (Ariane Labed). Tras ello, se introduce en el grupo de los Solitarios, una antisociedad revolucionaria que vive escondida en el bosque, pero que también demuestra ser totalitaria (bajo la batuta de su lideresa, encarnada por Léa Seydoux), ya que el amor está prohibido, pero en donde sin embargo, David encuentra su verdadera alma gemela ("la mujer miope", interpretada por Rachel Weisz)...

Apoyándose en una gran calidad visual (desde una cortante fotografía hasta unos llamativos decorados, pasando por un sutil trabajo en la geometría de las composiciones y los efectos cromáticos), Lanthimos dibuja con gran maestría la compleja arquitectura de Langosta. Colocándose también (entre otros múltiples recursos) sobre el humor absurdo "buñueliano", el efecto sorpresa (con algunos ralentizados), las puntuaciones en voz en off de una narradora (ausente del primer acto), la música clásica y los cantos de los pájaros hábilmente orquestados, el director consigue darle ritmo a su inmersión en las profundas aguas del análisis sociológico de la locura de la normalidad. Moviendo el tema que trata hasta casi el agotamiento, su parte final padece, sin embargo, de la ausencia de toda empatía posible por los personajes, y de la clínica toma de partido de su acercamiento, pero este era seguramente el objetivo exacto que buscaba por una película sobre un mundo que se mutila a nivel emocional.

The Lobster, una gran coproducción europea que involucra a Irlanda, Inglaterra, Francia, Grecia y Países Bajos, se vende a nivel internacional de la mano de Protagonist Pictures.

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(Traducción del francés)

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