05/05/2015 - La película de Steven Blatter y Lorenzo Valmontone traza el retrato poético e hiperrealista de un personaje increíblemente humano, a caballo entre la oscuridad y la luz

El documental suizo Jumping The Shadows [+lee también:
tráiler
ficha de la película], dirigido por Steven Blatter y Lorenzo Valmontone y estrenado a escala mundial en la última edición del Visions du Réel de Nyon, en la sección Helvéticos, pone en escena el difícil y descorazonador recorrido de un gángster del East End de Londres que será salvado por el poder místico de la música.

Wayne Paul es su nombre. Expuesto desde la infancia en un universo de violencia extrema, maltratado por su padre y víctima de un grave problema de tartamudez que le impidió integrarse en el difícil tejido social de su barrio, Wayne ha tenido que pelear toda la vida por encontrar su lugar en el mundo y, sobre todo, aplacar sus demonios internos. Su existencia cambia, sin embargo, inopinadamente gracias al poder casi chamánico de su voz, al calor que emana el sensual groove de sus composiciones. Después de una adolescencia marcada por la delincuencia y la droga, Wayne Paul consigue imponerse en el universo musical gracias a su encanto de gangster-crooner hipnótico y sensible. A pesar de su presencia en la importante escudería del sello Big Dada de Ninja Tune, los demonios del pasado lo tiran nuevamente hasta los infiernos de la droga, obligándolo a arrodillarse frente a una vida de soledad y paranoia. El año 2013 significará, sin embargo, el año de su renacimiento gracias al lanzamiento de su álbum “Between the Lines”, producido por el suizo Christophe Calpini, que creyó en su talento y en la magia redentora de la música.

Jumping The Shadow reconstruye la trayectoria de un hombre misterioso, complejo e increíblemente humano que consigue reunir la fuerza para vivir a pesar de las heridas del pasado. Steven Blatter y Lorenzo Valmontone recrean con imágenes a menudo duras del tejido urbano londinense de la orilla este del Támesis la complejidad de un personaje en ocasiones escurridizo, atormentado emocionalmente pero lleno de humanidad. Los testimonios sinceros y espontáneos de la madre, de la mujer y hasta de los amigos de Wayne abren al espectador la puerta de la vida íntima del personaje y le permiten, ante todo, enfrentarse a las dificultades (y a las pequeñas grandes victorias) de una sociedad proletaria inglesa que con demasiada frecuencia viene olvidada. Jumping the Shadows no quiere ser un documental sobre la perversión de la industria musical sino más bien un retrato (hiper)realista y profundo de un hombre que consiguió, a su manera, encontrar un propósito a la vida a pesar de las miserias a las que ha debido enfrentarse día tras día (y que aún lo atormentan) y las heridas de un pasado aún demasiado reciente.

La cámara de Blatter y Valmontone sigue muy de cerca, con pudor y elegancia, a este personaje frágil al borde del abismo. Los numerosos encuadres que muestran a Wayne solo de espaldas y frente al espejo ponen de manifiesto la dualidad que lo habita, la lucha constante entre el bien y el mal, entre la violencia y la ternura. Su retrato se dibuja a partir de los testimonios de sus más allegados, como si su ser más profundo, quizá insondable de tan complejo, estuviese en realidad formado por imágenes-testimonios despedazados de las personas que lo rodean y que lo respetan a pesar de los errores cometidos. Jumping the Shadow, gracias también a la destreza en el uso del ralentí, transforma el recorrido de Wayne en una poesía surrealista con un regusto amargo, en la que la prudencia cohabita con la violencia latente, siempre al borde de la erupción. Un documental necesario que nace de la urgencia.

Jumping the Shadows es una producción de Steven Blatter y Lorenzo Valmontone, encargados asimismo de sus ventas internacionales.

(Traducción del italiano)