15/12/2014 - El 6º Festival de cine europeo de Les Arcs se abrió con el primer largometraje de ficción de Morgan Matthews, un melodrama contenido y fascinante

"Me cuesta mucho relacionarme con los demás. Soy raro, veo el mundo de manera diferente." Al elegir a un pequeño genio de las matemáticas que roza el autismo como personaje principal de su primer largometraje de ficción X+Y [+lee también:
tráiler
ficha de la película], el cineasta inglés Morgan Matthews, toma un camino melodramático sinuoso ya recorrido con éxito en el cine en filmes como El pequeño Tate, de Jodie Foster y Rain Man, de Barry Levinson. Pero el director, reconocido por sus documentales para la televisión, no se ha dejado intimidar por estas referencias y ha conseguido armonizar hábilmente la emoción y el humor en una película de calidad y accesible a todos los públicos. Una ópera prima que ha conquistado en la apertura (fuera de competición) del 6º Festival de cine europeo de Les Arcs, tras su estreno en Toronto, y conseguido cuatro nominaciones al BIFA (mejor película, mejor actor y mejor actor y actriz de reparto).

Con guión de James Graham, X+Y retrata la complicada adaptación de Nathan (el magnífico Asa Butterfield), que reúne dos características que le aíslan del mundo "normal". Por un lado es un superdotado autista que posee una percepción insólita del mundo y una gran sensibilidad hacia los motivos matemáticos. Por otro lado, está afectado por el violento trauma que supuso en su infancia la muerte de su padre en un accidente de coche. La desaparición de esta figura protectora refuerza el caparazón bajo el que se refugia Nathan, ajeno a cualquier impulso afectivo y presa de ciertas obsesiones comportamentales. El joven solitario criado por una madre cariñosa y entregada (Sally Hawkins) con la que sin embargo la comunicación resulta difícil, ampliará su vida social preparando las olimpiadas internacionales de matemáticas. Un profesor algo excéntrico (Rafe Spall en el papel de un ex pequeño genio atormentado y afectado por una esclerosis múltiple), le anima desde los 9 años a presentarse a los exámenes para formar parte del equipo británico. Este proceso le llevará en su adolescencia a una estancia en Taiwán con algunos de los más brillantes cerebritos de Inglaterra en la que descubrirá la ternura de la mano de una joven china de su edad. Pero ¿conseguirá Nathan superar sus miedos más profundos, resolver la ecuación de la vida y del amor, atravesar el muro de cristal que le separa de los demás para subirse al tren de la vida y aceptar los cambios inherentes a la existencia?

Con grandes interpretaciones (mención especial para Eddie Marsan en el papel del monitor del equipo británico), X+Y progresa a un ritmo adecuado y combina acertadamente un problema psicológico delicado (el aislamiento mental de los superdotados no tiene nada de agradable) y el retrato de un chico que, a pesar de todas sus diferencias, sigue siendo un adolescente como otro cualquiera. Pese a algunos excesos melodramáticos secundarios, la película, que imbrica drama y comedia, teje su encanto alrededor de una espiral de temáticas duales (alumno/mentor, madre/hijo, normal/raro, competición/libertad, Europa/Asia, etc.) y revela a un director que habrá que seguir de cerca.

X+Y se estrenará en Reino Unido el próximo 15 de marzo de la mano de Koch Media. Synergie Cinéma Premium ha adquirido los derechos de distribución en Francia y Bankside Films se encargará de las ventas internacionales.

(Traducción del francés)