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PELÍCULAS Suiza

Spartiates: un sutil juego de claroscuros entre violencia y sofisticación

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- La última película del suizo Nicolas Wadimoff presenta a un personaje tan atípico e incómodo como magnético

Spartiates: un sutil juego de claroscuros entre violencia y sofisticación

Spartiates, dirigida por Nicolas Wadimoff y estrenada a escala mundial en los Encuentros internacionales de cine documental de Montreal, nos lleva de la mano hasta el corazón de la tristemente célebre periferia norte de Marsella. Sin querer trazar un retrato exhaustivo de una realidad extremadamente compleja, intoxicada por una pésima reputación de la que no pueden deshacerse, como si fuera una segunda piel, Nicolas Wadimoff opta en su lugar por concentrarse en un personaje muy preciso y en el heterogéneo grupo de jóvenes que lo rodean. Cuatro años después de Still Alive in Gaza [+lee también:
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, el director ginebrino regresa a Montreal con un film fuerte y al mismo tiempo a flor de piel, a la manera del protagonista que dibuja en la pantalla. 

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Yvan Sorel es un luchador, como él mismo se define. Además, es un instructor de maneras casi militares de un equipo de artes marciales en la periferia norte de Marsella. Comparte con su “team Sorel” no sólo la pasión por un deporte sino también y sobre todo un estilo de vida, un credo al que está agarrado con todas sus fuerzas. Yvan, el “fighter”, el filósofo, el padre sustituto, se convierte para sus alumnos en un auténtico modelo, una especie de numen tutelar al que respetan y a la vez temen por el saber que les proporciona y que esconde sus raíces en su misma cultura. Como si fuera una especie de profesor de buenas maneras, Yvan inyecta en la misma vida cotidiana de sus pupilos una sobredosis de autodisciplina y rigor casi ascético que los ensalza por encima de la periferia hasta casi llegar al cielo. Pero Yvan también es, ante todo, un joven como tantos otros que tiene que enfrentarse a sus propios demonios, con la rabia y la frustración que le provoca una realidad que parece inmutable. 

Esta ambigüedad que lo habita se remarca con las magníficas imágenes de Nicolas Wadimoff (fotografía de Joseph Areddy) que dibujan los contornos de su cuerpo atlético en un constante vaivén de claroscuros. La escena inicial del film nos sumerge directamente en esta realidad contrastada mostrándonos a un Yvan Sorel ocupado en una lucha que parece más bien un cara a cara consigo mismo. La penumbra que acentúa sus movimientos, precisos y elegantes, sublima la violencia que lo habita, transformándola en algo abstracto y, a la vez, extremadamente humano. Mediante el uso del ralentí, Nicolas Wadimoff regala momentos de suspensión de gran belleza en los que los cuerpos expresan toda la rabia que llevan dentro. La violencia forma parte de nosotros y es precisamente esta constatación la que probablemente habrá salvado al profesor marsellés de un destino trágico que para muchos otros jóvenes de la periferia parece inevitable. 

Uno de los principales puntos fuertes de Spartiates es que no nos abre las puertas de la intimidad de sus personajes a través de un relato linear de sus vidas. Su intimidad se transmite, en cambio, mediante sus actitudes, sus gestos, como si hubieran sido robados. Los pocos momentos en que Yvan aparece a solas, inmerso en sus pensamientos y lejos de sus funciones de mentor, valen más que mil palabras. Con su presencia, Yvan llena un vacío que para muchos otros chicos parece una auténtica vorágine. El contraste entre la inmensa sala vacía y la rimbombante y decidida voz cuando se llena durante los entrenamientos ponen en evidencia con crueldad este sentimiento de soledad y exclusión. Spartiates es el fruto del afortunado encuentro entre un personaje sin duda extraordinario y un director de gran sensibilidad: una mezcla de personalidades que da vida a una película inesperada y fuerte que sabe mantener perfectamente el equilibrio entre la violencia y la estética. 

Spartiates es una producción de Akka Films y SRG SSR. Su agente de ventas internacionales es Doc&Film International.

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(Traducción del italiano)

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