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VENECIA 2014 Semana de la Crítica

No One's Child: el niño salvaje de Sarajevo

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- VENECIA 2014: El primer largometraje de Vuk Rsumovic declina un tema universal ofreciendo momentos de extraña belleza a los que contribuye el pequeño protagonista

No One's Child: el niño salvaje de Sarajevo

El joven protagonista de No One's Child [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, primer largometraje del director de 39 años nacido en Belgrado Vuk Rsumovic, es un descendiente directo de El pequeño salvaje, de François Truffaut. Mientras que el clásico de los años 70 del maestro francés estaba ambientado en los bosques de Aveyron a finales del siglo XVIII, la cinta seleccionada por la Semana de la crítica de la Mostra de Venecia abre el telón en las montañas de Bosnia en 1988: ambas se inspiran en hechos reales, concretamente en dos episodios de encuentros entre un lobo y un niño, abandonado y criado entre animales salvajes. 

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En No One's Child, al niño capturado por cazadores (Denis Muric) se le pone el nombre musulmán de Haris Pucurica antes de enviarlo al orfanato de Belgrado. Allí, se ocupa de él un crío que se ha escapado de casa, Zika (Pavle Cemerikic, una especie de River Phoenix serbio), que lo defiende del acoso de los otros internos y le enseña lentamente a hablar. Nace así una amistad entre el pequeño lobo y el joven rebelde. Cae el muro de Berlín pero nada cambia para estos críos. Estalla la guerra en los Balcanes y en el centro empiezan a alojarse jóvenes prófugos de las zonas de guerra, que escuchan canciones que ensalzan la persecución de los musulmanes. En 1992, el niño-lobo debe volver a Bosnia, pues de allí proviene, pero ninguna autoridad lo acoge y a Haris lo recluta un grupo de combatientes que viajan hacia el frente. En mitad de los proyectiles y de los morteros, el niño salvaje siente la llamada del bosque... 

Pertenencia es la palabra clave del film. Arrancado de la vida salvaje, Haris comparte con su amigo Zika un deseo profundo de sentirse querido, de formar parte de una comunidad. Al mismo tiempo, en torno a ellos la identidad de un pueblo entero se quiebra y deja surgir el odio. La naturaleza y la civilización se confunden. Haris representa a los millones de niños abandonados cada día a su destino en todo el mundo. Aunque peca de cierta ingenuidad, la película declina un tema universal con una estructura bien definida y ofrece momentos de extraña belleza y poesía en los que contribuye en gran medida el pequeño protagonista.

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(Traducción del italiano)

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