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FESTIVALES Francia

La prochaine fois je viserai le coeur: Crónicas del “asesino del Oise"

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- Algunos meses antes de su salida en las salas francesas, la película protagonizada por Guillaume Canet estuvo en competición en el Festival de Angulema

La prochaine fois je viserai le coeur: Crónicas del “asesino del Oise"

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 (lit. “La próxima vez apuntaré al corazón”) que saldrá en Francia el 19 de noviembre, es el muy esperado trabajo más reciente de Cédric Anger, cineasta de sobriedad reconocida, experto del nuevo thriller francés. Ha colaborado recientemente con Olivier Panchot en la escritura del guión para el film policíaco De guerre lasse, en el que actuó Jalil Lespert. Para su tercer largometraje (después de Le tueur [+lee también:
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), Anger se relaciona con otro icono del cine francés: Guillaume Canet, impresionante en el papel de Alain Lamare, joven gendarme tímido y de apariencia inofensiva. Lamar prestó sus servicios entre mayo de 1978 y abril de 1979 como encargado de la investigación sobre el “asesino del Oise”, triste sobrenombre cuyo portador en realidad era él mismo. Este hecho sorprendente, que en su época recibió una importante atención mediática, se convirtió en la obsesión del director durante muchos meses.

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La próxima vez apuntaré al corazón confirma una vez más el talento de Canet, quien se mete el la piel del asesino con tal perfeccionismo que llega a perturbar. Sus gestos y manías se convierten en el motor principal de la historia. La monotonía que concatena las escenas unas con otras, particularmente cuando Lamare es descrito en su “antro”, un apartamento insalubre, sienta las bases del enfoque narrativo adoptado por Anger. Mientras que la banda sonora (creada por Grégoire Hetzel y Nicolas Charron), taciturna, repetitiva y discreta, aumenta la sensación de incomodidad de este filme tan evocador, en el sentido más estricto del término.

Algunas veces se le escapa una sonrisa al joven Alain, cuando se encuentra en presencia de Sophie, con quien coquetea un poco. Guillaume Canet expresa con este gesto una tensión extrema. Su sonrisa, aunque enfermiza y fingida, es al mismo tiempo resultado de un sentimiento verdadero, afecto más que amor, por aquella joven mujer. Es esa contradicción la que hace de este homicida un ser aún más escalofriante. La relación fallida entre los dos personajes es una de las fortalezas de la película.

Cédric Anger no busca disculpar la psicosis de su asesino, ni comprender las causas. El film no es más que una puesta en escena, lánguida y sofisticada, de su existencia. En resumen: una experiencia cinemática exigente, en el mejor sentido de la palabra. Aunque La próxima vez apuntaré al corazón no esté siempre a la altura de sus ambiciones,vale la pena por sus interpretaciones y escenas magistrales, tales como aquella donde Alain Lamare logra evadir por horas a centenares de policías en una persecución a través de campos y marismas. Y está basada en una historia verdadera. 

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(Traducción del francés)

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