email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS Suiza

Sleepless in New York: Sumergirse en la intimidad de tres corazones rotos

por 

- Tras habernos llevado a tierras lejanas, Christian Frei nos propone un viaje a lo más profundo de nosotros mismos, a ese confuso magma de emociones llamado amor.

Sleepless in New York: Sumergirse en la intimidad de tres corazones rotos

Aunque el tema es desde luego muy distinto de sus habituales, más cercanos a la complejidad de la sociedad actual (desde las contradicciones de la quimérica Cuba a los excesos literalmente estratosféricos de los turistas del espacio), el último documental de Christian Frei no traiciona de ninguna manera su punto de vista afilado, profundo y extremadamente moderno del mundo. Una perspectiva que consigue sugerir sin imponer, proporcionándonos una infinidad de inesperados motivos para la reflexión. Su personal mirada, que logra acentuar los matices de cualquier situación, vuelve a ser el protagonista (discreto pero fuerte) de su nueva película.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Sleepless in New York [+lee también:
tráiler
entrevista: Christian Frei
ficha de la película
]
marca un antes y un después en su filmografía, aunque se trata de un cambio dentro de una continuidad, la de un director que ha sabido construir, película tras película, una estética muy fuerte y personal. La nueva dirección que ha tomado, hacia cuestiones más personales, indaga en las emociones que nos afectan a todos. 

A pesar de que el amor y, en este caso concreto, el desamor encierren en sí sentimientos muy fuertes, expresados sin temor en la literatura, la poesía, la música o el cine de ficción, por regla general suelen verse relegados al mundo de la adolescencia, un elemento empalagoso que no tiene sitio en el mundo “serio” de los adultos. La habilidad de Frei reside precisamente en alejarse de estos prejuicios y tratar el tema de manera distinta. 

Sin estratagemas para evitar el pathos que forma parte del amor, Frei se enfrenta a él y lo estudia sin caer en el sensacionalismo. El realizador suizo deja que sus protagonistas se expresen libremente en una especie de torpe ballet en forma de diario público, en el que cada uno aporta sus sentimientos con urgencia, desesperación e incluso rabia.

Sleepless in New York evita toda reducción para concentrarse en el presente, en esa actitud obsesiva y autodestructiva que vemos en los tres protagonistas desengañados, suspendidos entre un pasado que olvidar y un futuro que construir. Aunque junto a estas tres historias encontremos una voz distinguida, la de la doctora en antropología Hellen Fisher, una investigadora famosa en todo el mundo por sus estudios sobre el desamor, el documental no se plantea en ningún caso dar respuestas definitivas a la cuestión tratada. Más bien al contrario, sus razonamientos se añaden a los de los tres personajes en una compleja red de lo racional y lo irracional. Sleepless in New York no pretende definir el amor (y su final), sino que intenta describirlo, acercarse a él, dejarle hablar a través de imágenes (desde la oscuridad de las noches insomnes a la angustia mezclada con esperanza), que se convierten en protagonistas absolutas de una historia tan misteriosa que casi parece cine negro.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy