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PELÍCULAS Suiza

L’expérience Blocher: Un arriesgado viaje en territorio enemigo

por 

- El último trabajo de Jean-Stéphane Bron es un objeto que hay que tratar con cuidado: tan fascinante como lleno de espinas

L’expérience Blocher: Un arriesgado viaje en territorio enemigo

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ficha de la película
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, presentada en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Locarno, es una de esas películas incómodas cuyo estreno es recibido sin falta por una gran dosis de sospecha.

Esbozar un retrato de Cristoph Blocher, uno de los hombres más poderosos de ese pequeño y misterioso país llamado Suiza, no es desde luego fácil. Más bien todo lo contrario. Aunque su imagen pública, la del líder populista de uno de los partidos helvéticos más importantes, la UDC (Unión Democrática de Centro), es muy conocida, el ser humano que se esconde tras ella es un misterio. Aunque su verborrea radical ha invadido desde hace años el territorio suizo, consiguiendo que sus propósitos sean peligrosamente banales, el hombre es esquivo, escondido entre las murallas de su lujosa casa de Zurich. ¿Cómo es posible acercarse el ciudadano Blocher sin que éste se dé cuenta y pueda contrarrestar el acercamiento con su arma favorita: la palabra con que infunde seguridad y siembra confusión?

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Jean-Stephane Bron ha estudiado a la perfección su adversario y conoce a la perfección sus tácticas. Por ello, en lugar de enfrentarse a él con sus mismas armas, que daría lugar a un combate donde tendría todas las de ganar la irreprochable oratoria de Blocher, decide cogerlo por sorpresa. El arma secreta de Bron no es la palabra, sino la imagen, con la que intenta analizar el misterio de un hombre repleto de recursos: político, empresario (su fortuna económica es una de las mayores de Suiza) y actor.

Bron tiene en su haber la experiencia en dos documentales: Le génie helvétique y Cleveland Versus Wall Street (presentado en Cannes en 2010 y premiado en las Jornadas de Soleura) y conoce a la perfección las trampas del género. La más compleja es la voz narradora, un amigo/enemigo que puede servir a marcar el punto de vista del director, pero que, si se utiliza mal, puede tergiversar o restar fuerza a las imágenes. Bron elimina los tics más nerviosos del personaje y le otorga un discurso propio sutil, medido y casi sorprendente. Aunque la voz en off del director tiene una importancia tal que casi se convierte en un personaje en sí (a través de ella nos desvela pequeños misterios, así como recuerdos y sueños de Blocher), la película está dominada por la imagen y nos dan la clave de lectura para entrar (para nuestro pesar) en la intimidad de Blocher. Los muchos momentos en que se le ve en coche, al teléfono o releyendo sus discursos nos dicen mucho más de él de lo que posiblemente quería.

Sin embargo, no se puede decir que ninguno de los dos se haga con la victoria. Blocher es peligrosamente inteligente y, aunque a veces parezca que Bron logre cogerlo por sorpresa y mostrar una inseguridad que lo hace humano, no se sabe del todo si es del todo sincero. Porque dentro del animal político duerme un actor, un gran actor. El director es consciente del riesgo que entraña analizar la cara oculta de un personaje tan hermético y por ello, en lugar de darnos un retrato necesariamente incompleto, prefiere compartir con nosotros su experiencia: la de un hombre que se enfrenta a una ideología que aborrece, la de un director ante un actor demasiado independiente. 

Les Films du Losange es su agente de ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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