17/02/2014 - La continuación de Street Days que Levan Koguashvili ha presentado en Berlín consigue ser tan divertida como profunda

El segundo largometraje del guionista y director georgiano Levan Koguashvili, presentado en la sección Forum de la pasada Berlinale, es la deliciosa secuela de su propia ópera prima, Street Days, y resulta ser más ligera y contener una estructura narrativa más compleja que ésta sin dejar de perder su carga de profundidad ni su ironía. 

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entrevista: Levan Koguashvili
ficha de la película], Sandro (Andro Sakvarelidze) es un profesor de escuela de 40 años que vive con sus padres, cuya mayor preocupación es que su hijo aún está soltero. Su amigo Iva (Archil Kikodze) sigue intentando que se junte con mujeres pero Sandro encuentra incómoda esta situación. De quien está enamorado es de la peluquera Manana (Ia Sukhitashvili), madre de uno de sus alumnos y casada con un preso llamado Tengo (Vakhtang Chachanidze). El día en que, inesperadamente, éste salga de la cárcel, las cosas se complicarán para todos, incluida la empleada de Manana, Natia (Marika Antadze).

Koguashvili no da pie a ningún sobresalto a lo largo de todo el metraje, ya estén los personajes viendo un partido de fútbol o en peligro de apaleamiento, arresto o muerte. Los giros de guion, muy numerosos, mantienen el entretenimiento en todo momento y la socarronería se asienta en las reacciones de los actores, que pronuncian sus diálogos con una seriedad divertida. 

La estructura narrativa incluye, dentro de la historia que protagoniza Sandro, una trama secundaria en la que se relata el fracasado intento de Tengo de conseguir sacar dinero a la familia de un antiguo compañero de celda. Cualquier otro director habría hecho de esta parte de la cinta una montaña rusa inspirada en el cine de Scorsese; Koguashvili, en cambio, opta con inteligencia por un tono directo, en línea con el entretenimiento que ofrece en el resto de la obra.

Detrás de una dirección ostensiblemente veloz reposa una historia de emociones fuertes con un hombre tranquilo, honorable y pasional, de palabras escasas y actos que, al contrario, lo dicen todo sobre sus valores. El Sandro de Sakvarelidze es, por su quietud, uno de los papeles más impresionantes de la producción cinematográfica del Cáucaso más reciente y la película de Koguashvili ya ha viajado y seguirá viajando a miles de kilómetros del Mar Negro, ganando premios en festivales de cine como el de Abu Dhabi o Palm Springs, a la espera de ser presentada en una docena de festivales de todo el mundo en el futuro próximo.

Blind Dates es una coproducción de las georgianas Millimeter Film y Kino Iberika y la ucraniana Tato Film. Su agente de ventas es Films Boutique. 

(Traducción del inglés)