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CANNES 2012 Semana de la Crítica

Aquí y allá: revitalizando lazos familiares

por 

- Ópera prima profunda, tranquila y delicada del español Antonio Méndez Esparza, que se centra en un pequeño pueblo mejicano

A pesar de que el cine puede difuminar fronteras, como demuestra el español Antonio Méndez Esparza con su película rodada en México, Aquí y allá [+lee también:
tráiler
entrevista: Pedro Hernández
ficha de la película
]
, la realidad de la inmigración económica sigue creando mundos disociados, familias separadas y problemas en los que los artistas suelen inspirarse para sus obras. Sin embargo, la ópera prima del cineasta nacido en Madrid, que se estrena hoy en la Semana de la Crítica del 65° festival de Cannes, sigue un punto de vista relativamente nuevo, sensible y muy diferente del tradicional cine urbano del país en que pasó su infancia sobre el paso de la frontera de un mexicano en busca del sueño americano.

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Aquí y allá cuenta la historia de Pedro, un hombre que mantuvo a distancia a su familia durante años y que vuelve a su casa, en un pequeño pueblo de montaña. Allí se reencuentra con su esposa, Teresa, y sus dos hijas, Heidi y Lorena (de ocho y trece años), pero el tiempo y la distancia han calado en ellas. Pedro es un extraño para ellas ("ha cambiado todo, casi no reconozco la casa”) y tendrá que volver a ganarse su afecto y confianza (incluido el de su mujer, que prefiere dormir vestida en el lecho conyugal). Pedro también es músico semiprofesional e intenta formar una banda local, con los que comienza a ensayar. Poco a poco, recuperará la confianza de su mujer ("Sentía que estabas con alguien allí, una novia. Tenía dudas") y conseguirá el afecto de sus hijas (tiene más facilidades con la pequeña que con la mayor, ya adolescente). A esta primera fase llamada El regreso, le sigue el capítulo Aquí, marcado por el complicado nacimiento de una tercera hija que coquetea con la muerte. En este punto tenemos la ocasión de descubrir el sistema sanitario mexicano, en el que tienes que comprar los medicamentos necesarios y llevarlos al hospital o llamar a amigos para que donen sangre y así no tener que pagar el uso de otras donaciones. El dinero empieza a ser un problema y Pedro se ve obligado a dormir con cartones en la calle, cerca del hospital. A continuación llega la fase Horizonte, en la que vemos a una familia feliz y unida, pero Pedro sigue preocupado: su grupo se separa y no es capaz de encontrar un trabajo como obrero en el pueblo vecino. Inevitablemente, la historia llega a su final y Pedro tendrá que volver Allá para ayudar económicamente a su familia y asegurarles un futuro.

Con bonitos encuadres, a menudo estáticos, que captan perfectamente los matices de las caras y la belleza de los paisajes, Aquí y allá es una prometedora ópera prima que narra con calma y delicadeza (el espectador debe ser paciente y prestar toda su atención) el tema universal de la familia y se centra en la situación de las zonas rurales de México en las que la única salida que les queda en la mayoría de las ocasiones es el exilio económico. La película, protagonizada por intérpretes aficionados que representan en la mayoría de los casos sus propias vidas, demuestra un gran dominio de los detalles, y Antonio Méndez Esparza utiliza la música que toca el protagonista (un espectacular Pedro De los Santos Juárez) con mucha inteligencia para acompañar la historia e iluminar el sentido de la película, como dice la letra de una de las canciones: "no me gusta ser pobre, pero mucho menos ser rico, lo que me gusta es ser sencillo".

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(Traducción del francés)

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