05/09/2011

Imágenes en blanco y negro, granulosas y de una elegancia espectral, se sucende a una gran velocidad, unidas por una música visceral que atraviesa al espectador y lo sumerge en un laberinto de sonidos suavez y ásperos, claros y nítidos. En estreno mundial, como evento especial de las Jornadas de los Autores, llega a Venecia Inni [+lee también:
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entrevista: Vincent Morisset
ficha de la película], el nuevo documental del grupo islandés Sigur Rós. Han acudido al certamen el director canadiense Vincent Morisset y tres de los cuatro miembros del grupo: el bajista Georg Hólm, el teclista Kjartan Sveinsson y el batería Orri Páll Dýrason.

Tras Heima, documental del 2006 en que el director Dean De Blois seguía una gira del grupo, Sigur Rós vuelven con Inni, una nueva y fascinante crónica, en este caso de un sólo concierto, celebrado en 2007.

Son famosos por no ser muy habladores, estos cuatro chicos del norte de Europa, y el inicio de la película, en que se miran perplejos sin saber qué responder a un entrevistador de la radio, explica el por qué de este nuevo proyecto: abandonar la formula clásica del documental, basada en entrevistas y backstage, para concentrarse exclusivamente en la actuación.

Espacio para la musica, con toda su explosiva energia evocativa, enriquecida y adornada por un refinado trabajo de montaje realizado por Morisset. “Ahora estoy estudiando las posibilidades del ordenador. No creo que volveré a hacer un proyecto de este tipo, demasiado complicado”, ha dicho con una sonrisa el realizador durante la rueda de prensa, que ha sido moderada por el crítico musical John Vignola. Los miembros de Sigur Rós han respondido las preguntas del público, muy numeroso a pesar del horario. “Estamos preparando un nuevo disco”, han anunciado, mientras que su manager ha agregado que “el año que viene la gira pasará por Italia”.

De pocas palabras pero muy simpáticos, siguen el juego a quien, desde el público, les pregunta si harán un disco de pop en el futuro y confirman con satisfacción la presencia cada vez mayor de películas de autor, como en Café de Flore [+lee también:
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entrevista: Jean-Marc Vallée
ficha de la película], que ha sido presentada precisamente en las Jornadas de los Autores y que tiene nada menos que cuatro composiciones suyas. Es una confirmación de la increíble fuerza evocadora que poseen las sonoridades de este cuarteto nórdico, demasiado para no ser utilizadas por el lenguaje cinematografico.