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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Chico y Rita

por 

- Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando firman una película de animación musical y para adultos que combina lo digital con el trazo a mano para narrar una arrebatada historia de amor

El músico cubano Bebo Valdés y el cineasta español Fernando Trueba llevan años viviendo un “romance” bastante prolífico, que ha dado frutos con forma de producciones musicales y cinematográficas. Ahora, llegando más lejos en esa mutua adoración, el director de Belle Epoque se ha embarcado en un proyecto de varios años en el que ha implicado a Javier Mariscal, uno de los grandes ilustradores y diseñadores españoles, responsable, entre otros, de trabajos tan célebres como la creación de la mascota de las Olimpiadas de 1992 de Barcelona. A ellos se ha sumado en la dirección Tono Errando y en el guión el novelista Ignacio Martínez de Pisón.

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Esa conjunción de talentos ha germinado en Chico y Rita [+lee también:
tráiler
making of
entrevista: Javier Mariscal, Tono Erra…
ficha de la película
]
, una película impregnada de amor al cine clásico americano, al jazz y a las gentes viscerales de Cuba, ese país donde nacieron genios como el mencionado Valdés, a quien está dedicado el film y responsable de su banda sonora. Asimismo, el trazo inconfundible y de definidos contornos de Mariscal sobresale en unos fondos –magníficas son, por ejemplo, sus versiones de los skylines neoyorquino y habanero- que casan armoniosamente con la animación digital que da vida a los personajes. Según ha declarado Trueba, la elaboración del film ha consistido en rodar primero con actores y después dibujar sobre sus movimientos. Esta técnica da especial dinamismo a las figuras humanas, particularmente sensuales en esta crónica de separaciones, reencuentros y mucha indómita atracción física, como la de los grandes arrebatos del cine de Hollywood de los cuarenta y cincuenta, con galanes sinvergüenzas y heroínas bravas que no podían vivir juntos, ni mucho menos separados.

Porque Chico y Rita (Mejor Película en el Festival Internacional de Animación de Holanda y Premio Cineuropa 2010 en el Festival de Cinema Europeen des Arcs) es como un bolero, una peripecia musico-emocional alimentada con los sabores de una gran pasión. Todo comienza en Cuba, en los años cuarenta, donde Chico, un pianista que se divierte hasta la madrugada con las turistas yanquis, siente algo parecido al flechazo cuando conoce a Rita, cantante de tanta belleza como carácter. Aunque pasan una primera noche entregados a la música y el sexo, las mentiras de Chico consiguen enfadar a Rita, que se alejará de él. Hasta que vuelven a juntarse y ganan un concurso radiofónico que les aúpa hasta la fama, a actuar en clubs legendarios como el Tropicana y a ser atención de productores cinematográficos y agentes artísticos… pero con los celos siempre por medio, envenenando la relación. Sus desencuentros se trasladarán a Nueva York, París y Las Vegas a lo largo de las décadas, narrados en un gran flash back que ocupa el total del metraje.

Es así Chico y Rita una experiencia emocional, musical y estética que hará las delicias de los aficionados al jazz, a los ritmos latinos y a Cuba. Producida entre España y Gran Bretaña, el film logra, gracias a su naturaleza animada, recrear escenarios, actitudes y ambientes de un nostálgico pasado que, de haber sido rodados en imagen real, hubiera multiplicado su coste de producción. También sus dibujos otorgan a esta historia de amor loco un look romántico, onírico y festivo a la vez, subrayado por esos ritmos calientes que enfatizan una pasión herida por la ambición, el orgullo y la necesidad de ampliar horizontes artísticos.

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